lunes, 30 de marzo de 2009

El capitalismo

por Federico P. Merea



Carlos Roldán llegó a San Martín de Tucumán en 2004.
Ganó la liga Tucumana.
Ascendió
Argentino B.
Ascendió.
Argentino A.
Ascendió.
Nacional B.
Ascendió.
Juega en Primera.
4 ascensos en 5 años.
No hay registros de logros similares.
Es imposible que el DT no tenga parte en todo esto.
Es el entrenador en actividad con más vigencia en el cargo en todos los torneos de AFA.

De visitante casi siempre le roban.
El otro día penal para River a los 48.
De otra vez, creo que contra Boca, dijo Roldán:
“A veces contra el capitalismo no se puede.”

Somos locales otra vez

por Mariano Fiszman.

Más allá del origen de la palabra hincha, que te lo da internet en dos segundos: viene de un utilero de Nacional de Montevideo que inflaba las pelotas y alentaba mucho al equipo, y de la imagen de un Discépolo sacado que va a ser siempre el arquetipo del hincha, para mí, que este domingo sentí tanta alegría, ¿qué es ser hincha?
Por tres cosas canté todo el partido: club, apodo, barrio.
Por el apodo “Bohemios” yo me hice hincha de Atlanta, a los once años (1976). Ya era Bohemio sin saberlo, porque deambulaba de equipo en equipo: Boca, San Lorenzo, y una simpatía con el Rojo tentado por un tío que me llevó a ver la final Intercontinental contra Ajax y me ofrecía todo el equipo y la pelota. (Otro día hablamos de la psicología del chico que renuncia al Boca de Gatti, al San Lorenzo de Scotta y al Independiente de Bochini y Bertoni para hacerse, o confirmarse, Bohemio).
El club son los colores. Ver toda esa gente caminando con las camisetas y los paraguas y los gorros azules y amarillos por las calles del barrio me aceleró. Uno empieza a caminar más ligero, aprieta los puños, sacude los brazos. Son las mismas veredas de todos los días cruzadas por una electricidad distinta. Esa relación del equipo con el barrio propio que en los clubes grandes se diluye y que la televisación suprime. Los colores, el ruido de los petardos, las canciones, las palmas, la marcha por el medio de la calle, el saludo del de enfrente, las tetas inflando la camiseta de esas minitas que ves siempre en el súper. Lo grosso de jugar de local es que toda esa energía llene el lugar donde uno vive, no ahorrarse el viaje ni que los jugadores conozcan las matas del área chica. (Otro día también hablamos de la utopía de la hospitalidad).
Y qué más: el sol, los goles, la bronca, las banderas, los abrazos con desconocidos, la amargura del gol del otro, el humo dulce de los porros, las fotos con celular, alguien que mea en un vaso, mi hijo que usa mi vieja camiseta de piqué y suelta globos amarillos, hay palitos de frutilla, maníes, la montada, el referí hijo de puta, coca coca, los bomberos nos manguerean, ganamos y las gotas de agua refulgen en el alambrado: fútbol igual fiesta.

domingo, 29 de marzo de 2009

Ver para disfrutar

por Fernando Aíta

Cancha a full. Mucha euforia. Equipo promisorio: Carrizo; Zanetti, Angeleri, Heinze; Maxi Rodriguez, Gago y Masche, Jonás Gutiérrez; Tevez, Messi, Agüero.

Maradona cita un tercio de jugadores locales (Andújar, Battaglia, Rolfi, Papa, Forlín). Aparte de las exportaciones, ojalá que repercuta en el nivel de juego del campeonato argentino: pónganse las pilas, muchachos, que Diego los ve a todos.

En la previa con Daniel extrañamos la imagen de Román con la 10 (Pier está contento de que el Diego se lo sacó de encima y se la dio a Messi).

El Kun sale con Benjamín en brazos. ¿Cuatro generaciones? ¿Cinco? Fútbol y familia.



El equipo arranca bien, con actitud. Falta un poco de claridad. Pier, fastidiado con la transmisión, dice: "Me gustaría que Macaya dirigiera un equipo". Toda una opinión sobre el periodismo.

Argentina juega por abajo, apuesta al toque y a los mano a mano de Messi (desde la derecha), Tevez o el Kun contra los defensores. Los fauls se juegan cortos por abajo. Centros sólo cuando suben los defensores. Si le sale una a cada uno por partido es un festival.

En el báner aparece el Colorado De Narváez y segundos después la cámara lo enfoca en el estadio (dos veces). La pauta: fútbol y política.

20 minutos, pasajes plomos. Aparece una animación con la Copa del Mundo y genera más ansiedad: ¿a esta altura no es esperable un cuatro a cero y jugar de taco y rabona? ¿Cómo bajamos un cambio hasta el año que viene? Fútbol y entretenimiento.

¡Qué golazo! Un aparente error (de Zanetti) terminó en camino. Linda la pared Messi-Tevez, impecable el toque para definir de Leo.

Un grupete canta "Soy de River". Los chiflan.

Esperamos que el partido se abra. En el entretiempo llega Gonzalo y dice que viene para ver los goles.

A los 6' estamos 3 arriba: a los dos, desborde y centro de Messi desde la derecha, para la volea y primer gol de Carlitos en eliminatorias (fue a abrazar al Rolfi al banco). 4' después, tras pase de Agüero, Maxi de volea con ayuda de un desvío.

Se ve a Bilardo en las tribunas: le sacaron el volumen a sus delirios, pero se leen los labios que repiten Gol, Gol, Gol, Gol. Gol, Gol, Gol, Gol y mueve los brazos.

Mascherano tarda un poco menos que cualquier jugador en llegar a todas. ¿Verá el futuro?

El cuarto: llega, con enganche en el área grande, tiro cruzado y rareza del arquero, el gol del Kun. Todos con la cuota al día.

Entra Verón (silbidos y ovaciones) por Carlitos para toquetetear y tenerla. Va Di María (hace un par fantasiosas) por Maxi (Jonás pasa a la derecha y la rompe ahí también). Milito por el Kun.

Siguen el toque y las acciones de peligro. En el minuto 98 Messi casi se manda un gol de aquellos.

Gran satisfacción. El Diego recibe a cada jugador con un abrazo en la puerta del vestuario. Da gusto.

viernes, 27 de marzo de 2009

Bohemios



Bohemios de viaje (1852)


La tribu profética de pupilas ardientes
ayer se puso en marcha, llevando a sus chiquitos
en la espalda, o entregando a su enorme apetito
el tesoro siempre pronto de sus tetas pendientes.

Los hombres caminan bajo armas relucientes
junto a carros donde viajan los suyos apretados,
paseando por el cielo sus ojos cargados
con la triste nostalgia de quimeras ausentes.

Desde el fondo de su agujero arenoso, el grillo,
cuando los ve pasar, redobla su estribillo;
Cibeles, que los quiere, agranda sus verduras,

saca agua de las piedras y flores del desierto
ante estos viajeros, para quienes está abierto
el imperio familiar de las tinieblas futuras.

(de Las flores del mal, de Charles Baudelaire)
Traducción: Mariano Fiszman

jueves, 19 de marzo de 2009

Matar al padre

de Alejandro Güerri

Con su negativa y la reacción que generó entre los hinchas de Boca, Riquelme mató al padre bostero. Diego, por otra parte, ya estaba en condiciones: es abuelo. Y claro que duele lo que dice el otro: el amor está en juego.

Los fanáticos de Boca son más hinchas de Boca que de Argentina.

Otra generalización:
Maradona, jugador de los ochenta, fervor nacional.
Riquelme, jugador de los noventa, individualismo.

Por la coexistencia:
la selección Argentina que dirige Maradona, campeona del mundo en el 2010;
Riquelme campeón de todo lo que juegue en Boca o donde sea.

Que viva el fútbol.

lunes, 16 de marzo de 2009

Chicana

por Fernando Aíta

Venía en el 152 por Cabildo hacia el sur. Cerca de Carranza, el bondi arranca con ímpetu desde una parada pero a los treinta metros empieza a bajar la marcha. Un grupo de chicos que venían de jugar a la pelota le hacían señas de que por favor parara. El chofer frena y uno de los pibes se lanza a toda carrera y sube, agitado. Desde abajo otro le grita: Eh, garca, ¿por qué no corrés así en la cancha?


lunes, 9 de marzo de 2009

el Maracaná



Lucas, enviado especial de ungolazo.blogspot.com a Rio de Janeiro, durante el entretiempo de Flamengo 4-Mesquita 1, cuarta o quinta fecha del campeonato carioca 2009, en el estadio más lindo del universo.
(El cuarto lo hizo el arquero de tiro libre al ángulo, y en el segundo tiempo entró el primo de Messi.)
Nos vemos en la final del 2014, Maracaná.

Con la camiseta

Por Daniel Liñares

A Boca le ganamos con la camiseta.
Yo lo vi por tele en el Estrella de Echenagucía, toda una sucursal Roja de todo partido del Rojo. Hay camisetistas, cantitos, gritos, comentarios, opiniones compartidas, efusivos abrazos con desconocidos cuando hay gol. En fin, las cosas lindas del fútbol están garantizadas cuando voy a ver al Rojo al Estrella.
Le echaron a uno, jugó casi todo el partido, Boca, con uno menos, sí, pero bien se sabe que esos partidos, si el otro equipo no juega al fútbol no son garantía de nada, si el otro equipo no tiene onda no pasa nada; y Román jugó sólo el segundo tiempo, eso sí que no se exclica. Pero igual a Boca le ganamos con la camiseta.
Este domingo, el Rojo jugó ordenado, y con consciencia de equipo.
La defensa del Rojo es muy sólida. Assman ya superó aquella etapa de vacilación y es uno de los mejores arqueros del mundo, así nomás; y ahora se ata mejor el pelo, dejó de usar vinchita para hacerse una atadura que consigue que el pelo no se le vaya a la cara; era lo que yo, personalmente, le venías reclamando; y con esto mejoró necesariamente su eficacia como arquero. Tuzzio me gusta, tiene actitud y sabe cuál es la función que su puesto debe cumplir, tiene oficio, sale jugando bien. El yorugua Rodríguez no deja de sorprendernos, en todo sentido. Mareque se jugó todo, recuperó un montón; este domingo, Mareque jugó como tiene que jugar el 3 de Independiente. El puesto de 4 está un poco vacante: Venía jugando Moreira, con rendimiento irregular, aceptable pero intrascendente; contra Boca jugó Puertas, que es uno de esos jugadores de los que se puede decir: “Es un toro”. No paró de cortar los ataques de Boca, si bien a continuación la mayoría de las veces rifaba la pelota con un pase largo que era más un delirio místico que otra cosa. Pero el pibe pone unas ganas bárbaras y recién empieza; yo creo que su corazón está a la altura de las circunstancias.
La defensa funciona, se la banca, podríamos decir. El asunto, pasa por ser, de los dos equipos en el campo de juego, el que más tenga la pelota y el que más ataque. Si se la pasan cascoteándote el rancho todo el partido, tarde o temprano toda defensa cae; los errores de los arqueros y defensores tienen consecuencias más peligrosas que los errores de los que juegan más arriba.
Para Pusi, lo mismo que para Puertas: Pusi, no sos Verón, acordáte, no tenés el don del pase largo, tu don es otro. Pusineri tiene que jugar los clásicos y nada más; contra Boca estuvo más prolijo que de costumbre. Ido Callelo, Vittor es nuestro 5: Un 5 con sagre rrojja. Fredes (que entró en el segundo tiempo) sobre la banda derecha del ataque le pasan cosas, le agarran como unos accesos de magia. ¿Su posición natural no será la de 8? El cuarto volante por izquierda que jugó los últimos dos partidos, Coso, tiene mucho para dar, tiene ganas y presencia.
Arriba, Sosa, cuando se concentra en jugar para el equipo, la rompe, contra Boca lo demostró una vez más, se lo demostró a sí mismo. Por supuesto, convendría que en algún momento el equipo jugase también para Sosa, que también quiere tener la oportunidad de hacer un gol. En ese sentido, el mercenario de Nuñez (que entró un rato en el segundo tiempo), nunca le devuelve una, tiene cierta ambiciosa insuficiencia para pensar el fútbol en equipo —que es como es el fútbol, ¿no?, más allá de toda virtuosidad personal—. Un delantero, por definición, tiene el derecho de patear al arco cuantas veces lo considere conveniente para el equipo. Tiene ese derecho de patear al arco, pero tiene la obligación superior de jugar para el equipo. Y el equipo, Independiente al menos, tiene que salir a ganar, y se gana haciendo goles, sí. Al Negro Moreno pasémoslo por alto, porque no existe ni como espectador del partido. Parece increíble toparnos con una excepción a la regla de que la raza negra tiene virtudes corporales, casi que nos sentimos un poco racistas al ver a un negro jugar tan mal, o tanto no jugar, mejor dicho: La verdad es que Moreno ni la ve, no se conecta con el resto del equipo. Aunque recordemos que al “Palomo” Usuriaga también le costó adaptarse a nuestro país. El hincha de Independiente no es amargo: es intolerante, dicho con franqueza.
Y del Rolfi... ¿qué se puede decir? Es tan impredecible como irregular, a mitad de una puteada te cierra el orto (Hay que hacerle el honor a Sosa de considerar cómo arrastra las marcas para que nadie salga a abortar la posibilidad del remate del Rolfi.). En ese sentido me pasa lo mismo con el Rolfi que con Messi, aunque por causas opuestas: Messi porque te da un pase corto o se la morfa o no levantó la cabeza, y el Rolfi porque desaparece, no se muestra, se esconde.
En el medio de todo, el Pepé se dio el lujo y el tiempo de probar un par de jugadores juveniles: Fulanito y Menganito.
Por supuesto, no se explica por qué Román no juega un clásico desde el minuto cero. Así perdió Boca la Copa Libertadores, así perdió Boca este domingo contra Independiente. Me hace acordar aquella primera final de la Supercopa Boca-Independiente (¿1990?): Bochini se había desgarrado en el primer partido de la copa y para la final ya estaba listo. ¿Cómo no lo vas a poner de entrada, si con su presencia en la cancha te aseguras tener dos o tres mano a mano con el arquero rival? Y no. Solari no lo puso, lo puso en el segundo tiempo. Y así Independiente perdió aquella Supercopa. Además el Bocha a Navarro Montoya lo tenía no de hijo, de nieto.
Así y todo, Román no existió: La defensa del Rojo lo anuló. Boca no existió.
Si algo le venía faltando a Independiente era identidad, lo dijo Bertoni: “Hay jugadores que no sienten la camiseta, que no saben lo que significa esa camiseta”. Los mercenarios de los jugadores que vienen para irse no saben lo que significa Independiente, su camiseta y su fútbol. Y el Pepe Santoro tiene el corazón rojo. Independiente necesita, hoy por hoy, que su técnico tenga sangre roja. La última vez que Independiente jugó con Identidad, con Orgullo Rojo, fue cuando estuvo Bertoni de técnico. Algo que nunca entendí: ¿Por qué se fue Bertoni? Y más: ¿Por qué Bertoni y Bochini apoyan a la oposición? Cuando Comparada le ofrece el puesto de técnico a Bertoni, Bertoni le dice: Pagame lo que quieras. Bertoni es el Rojo y viceversa. Una cuestión de Identidad. ¿Si Bochini, Bertoni, Santoro no son el Rojo, quién? ¿Comparada? Y el Pepe tiene el mismo compromiso emocional con la camiseta del Rojo que Bertoni, el mismo que nosotros los hinchas del Rojo. Por eso los necesitamos. Por eso acepta dirigir y tiene los huevos bien puestos para bancársela.
Y este domingo pasado, Indendiente, jugó como si fuera Independiente. Ganando en la Bombonera, como es costumbre. Los campeonatos pasados, Independiente se caracterizó por no ganar en los clásicos. En este campeonato, el Rojo ganó los ya dos clasicos que jugó, y que justo son los más clasicos de todos para el Rojo: contra Racing y contra Boca. Y esto, sepámoslo, ni siquiera podemos decir que es gracias al Pepé: Es gracias al color rojo de la sangre del Pepé, es gracias a su corazón rojo.
Los medios periodísticos venían haciendo tambalear al Rojo, mucha mala onda. Fabbri se cansó de preguntar por el delantero Nuñez durante la transmisión de todos los partidos de Independiente. Fabbri, si el técnico no lo pone por algo es, y no te tiene que explicar nada. ¿Sos inversionista, Fabbri?: Acordáte que el periodismo debe ser imparcial. Se encargaron de decir que el Pepé no sabe, que Independiente necesita un técnico. ¿A quién nos querés vender, Fabbri? ¿Al “Bichi” Borghi? Los medios de prensa son amigos de los ladrones. ¡Aguante Pepé! ¡Aguante el Rojo! Nosotros sabemos lo que significa el orgullo de ser Hincha de Independiente. Independiente, lo digo una vez más, venía necesitado de recuperar su identidad. Por eso el Pepé es irreemplazable, a no ser por un ideal: un triunvirato de dirección técnica: Santoro, Bochini, y Bertoni. Todo rojo. Si no prestamos atención a estas cosas, Independiente hoy por hoy corre el riesgo de que su pérdida de identidad sea irrecuperable.
Se comenta por Avellaneda que los empleados admnistrativos de del Club Atlético Independiente lo detestan al Bocha porque “le roba al club”... Me acuerdo de lo que escribió Nietszche: Quien no quiere ver lo elevado de un hombre ver no quiere, fija su vista en aquello que es bajo y superficial —en sí mismo; y con ello se delata. ¡Dejen de robar ustedes, Señores!

P.d.: Es increíble como el fútbol puede cambiar el estado de ánimo de toda una ciudad.

viernes, 6 de marzo de 2009

Poema del arquero

Detrás suyo está el gol
por eso sólo a la altura de la línea
el arco es su casa

El área grande representa el cerco
hacia adentro del cual
le es permitido usar las manos
pero lleva guantes
para perder sensibilidad;
lo del área chica sólo él lo entiende

Los partidos con lluvia
se los pasa tirado en el césped
como cartas llegadas
a una casa de campo

En momentos decisivos
–como le ocurre a cualquiera–
saca la estatua que lleva adentro

Espera la primavera para volar de palo a palo.



Este poema de Francisco Bitar (Santa Fe, 1981) está publicado en su primer libro, Negativos (2008).

martes, 3 de marzo de 2009

Once contra nadie

de Alejandro Güerri

En el bondi

Es el segundo partido de River que miro en un bar. Hoy contra San Lorenzo. La semana pasada, Boca perdía 1 a 0 con Lanús y la pizzería adonde fui estaba llena. A la hora de River-Banfield, sólo quedamos la dueña, los pibes del delivery, un amigo y yo. Tan desolado era el panorama que en el entretiempo salimos a dar una vuelta corta por el barrio, volvimos y no se había sumado nadie. Un título (qué digo, un tópico) se me viene a la cabeza: la soledad del millonario.
Hoy cambiamos de lugar para ver el partido: de la pizzería barrial con una tele chica al café de franchising con pantalla gigante. Pienso que Bilardo no admitiría este cambio: "Bar en el que se gana, no se toca".

En el bar

Impacta la porra de Pipo.
Primer tiempo:
0' 29'' San Lorenzo gana con un golazo de Santana. Tremenda voltereta de Solari.
1' 46'' No puedo creer que Rosales siga jugando al fútbol.
La ancha vincha negra: un tema aparte.
5' 22'' Golazo de González. 2 a 0. Un tiro libre soñado.
11' 16'' Cabral es un perro.
17' Botinelli pide un trago en el área de River, se lo toma y después patea. San Lorenzo 3, River cero.
24' 07'' Augusto (Fernández) hizo su segunda jugada individual. Buena suerte: el hobbit Buonanote la clava con ayuda de Orión. 3 a 1.
Entre los 25' y los 44':
Patea Abelairas desde afuera, casi entra. Confirmado: Orión enmantecó sus guantes.
Dice mucho del arquero que tenga escrito en su camiseta "Orión" con letra gótica. Pero ¿qué?
Bergessio está caído.
Mi amigo grita: "Lavandina, la concha de tu madre. Lavandina de mierda".
45' Gol de Gonzalo "Lavandina" Bergessio.

Pipo no se despeina.
Segundo tiempo:
Entra el Ogro. Mete un topetazo. Amarilla. Un taco habilitador para el Gatito Falcao. Y poco más.
Vuelve el Muñeco: su cámara lenta sigue intacta. En uno o diez partidos más, sus centros van a llegar al área.
Ahumada hace echar al Papu Gómez. Mi amigo comenta que este croto que es el cinco de River tiene ojos de tiburón.
Pitazo del referí y los gallinas salimos del bar, picoteando el suelo de bronca.
Ah, San Lorenzo hizo otro. 5 a 1.

En casa

Desde Simeone para acá, River juega con la remera de River pero en realidad es Racing. Por suerte todavía no se avivó la hinchada y no arrancó el culto al sufrimiento.
Si Cabral no confirmara la teoría, Ojeda tuviera más ojete y Ferrari se llamara Pablo en vez de Paulo, habría defensa y con seis, siete cambios más, un equipo pulenta, hambriento.
Oh, Pipo, ¿quién peinará tu peluca cuando te la quites tristonio en el vestuario y la cuelgues en la cabeza de telgopor?