jueves, 26 de junio de 2008

Pensamiento sin palabras II

por Daniel A. Liñares

[...]
En cuanto a lo temporal, en cuanto a las lógicas temporales del fútbol, lo más preciso y descriptivo y fiel que se podría decir es que el fútbol —el verdadero, lo digo una vez más, el artístico— es una danza. Y como la danza se vale de los tiempos. Y los silencios resultan fundamentales en el fútbol: son los amagues; cuanto más imprevisto un silencio, más sigue de largo el contrario a cantar un estribillo que nunca existió. Otra manifestación temporal del pensamiento futbolístico, opuesto o más bien complementario con el silencio (considerado el silencio como un estiramiento de los tiempos), es la síncopa. En el fútbol, la síncopa consiste en hacer en un tiempo-movimiento lo que se haría en dos. En vez de bajar la pelota y pasársela a un compañero, directamente bajársela a un compañero, lo que implica estar hablando de jugadores y talentosos. Y la cuestión es que con cosas así estos talentosos están medio segundo adelantados al resto de los jugadores. ¿Por qué? Ahora te digo.
Pensar. Ver para pensar y pensar para jugar. Jugar es tocar jugando con las geometrías que forman y tranasforman las posiciones de los jugadores.
Un jugador recibe la pelota, la para y toma control de ella, levanta la cabeza, para localizar a sus compañeros y a sus rivales, y para detectar bisectrices para posibles pases, y actúa en consecuencia: Impecable.
En cambio, Bochini, Román: Un jugador está con la cabeza levantada, para localizar a sus compañeros y a sus rivales, y para detectar bisectrices para posibles pases, y recién entonces pide y recibe la pelota y actúa en consecuencia: Superior.
[...]
(Continuará)

lunes, 16 de junio de 2008

Arg 1 Ecu 1

Mucha expectativa: Agüero, Messi y Riquelme juntos. Los medios piden brillo. Brasil cayó en Paraguay 2 a 0 y mantiene la punta. Ecuador viene a defenderse: hay que golear para seguir arriba y llegar a bien a Belo Horizonte.
Entradas agotadas. Lo veo en casa. Arranca el partido y el que aprieta arriba es el visitante. Pasan un par de minutos sin emociones. Los comentarios suman intrascendencia y las publicidades son lo más eficaz de la cancha.
Si el dolor aparece / no habrá victoria definitiva / para ningún argentino...
Un gol en el báner. Mañana, Patito feo.
Arg 0 Ecu 0 1T 35:13, 14, 15, 16... Cómo tardan en mover las pelotas paradas.
Budge, Fiorito. Primero River, 2010 FIFA WORLD CUP QUALIFYERS.
Verón... toca para Mascherano, Zanetti, sube Maxi por izquierda, toca atrás para Heinze. El partido está más trabado que el conflicto con el campo. Mientras haya un pobre en la patria...
El que sale es el arquero Cevallos, devuelve Burdisso de cabeza. Los carteles luminosos me dan ganas de tomar coca. Queda todo el segundo tiempo por delante.
El público grita poco. No hay que jugar más en el monumental: es una heladera; la hichada tendría que cantar los 90' minutos aunque salga este bodrio. Que se sienta la localía. Además el campo de juego está medio pelado y lleno de pozos, y si vamos a tratar de tocarla... bueh.
En la tanda tenés una cámara subjetiva con imagen de videojuego y caras de jugadores estrella, y me pregunto si el partido -el fútbol- por tele no es o será como... El señor de los anillos... hecho por computadora... Por amor a vos.
Brasil vs. Argentina, lo promocionan como una batalla, con toda la mala onda posible, imágenes de pierna fuerte, patadas, planchas, codazos... armaduras. YPF habla en primera del plural.
Entra Gago por Maxi Rodríguz. Wilde, Quilmes, las banderas y los hinchas oficiales de la selección. Demichelis peina para el Pato. Sigue sin pasar nada.
Arg 0 Ecu 0 2t 12:58, 59; 13:00.
Entra Cruz por Masche, lesionado, y tiene dos de peligro.
De pronto tres toque locos y lindos, taco de Tenorio y un balazo de Urrutía: ni la viste, Pato... Arg 0 Ecu 1, menos mal si no no reaccionábamos más.
A Demichelis lo amonestan y se pierde el partido con la verdeamarela (chau a nuestro hombre de confianza).
El esfuerzo y corazón / en cada partido / esa es nuestra marca / la tarjeta de crédito...
A los 89' va Palacio por Verón, golpeado. Y recién a los 93', Cruz, bajás de cabeza, al borde del área grande, un pelotazo del Pato. Agüero la peina y te deja, Rodrigo, mano a mano con el arquero: tu primer gol en la Selección.
Rescatamos un punto y salvamos una racha invicta de local. Nada más. Un frío de locos, papás decepcionados.

Fernando Aíta

lunes, 9 de junio de 2008

Pasión de multitudes, por Mariano Fiszman

Tengo turistas brasileros en casa. Hablamos de fútbol. El miércoles vimos Boca Fluminense. Al final me miraban con cara sincera de qué lástima, eh. Qué mala suerte. Justo ese rebote, ese tiro libre ahí. Pero jugaron bien, jugaron bien, como una palmadita en la espalda de un familiar del muerto. Por suerte llegó el domingo. Volvíamos de pasear escuchando el partido de River en el auto cuando terminó. Empecé a alabar la gran historia de triunfos del Millo. Por el carril de la derecha pasó un loco tocando bocina. Levantamos las manos. El viaje era largo, pero ese fue el único asomo de festejo que vimos en toda la noche. Las calles siguieron frías, calladas y cada vez más oscuras. Antes de tratar de explicar lo inexplicable me los llevé a una pizzería bien porteña para ver el partido de la Selección. Fugazzeta y Fainá. Messi, Agüero y Mascherano. ¿Querés fútbol? Ahora vas a ver fútbol. Pero no. Comimos bien, gracias. En una mesa a nuestras espaldas un padre y dos hijos, los tres con el mismo buzo rojo de River, eran el único testimonio viviente de nuestra gran pasión popular. Cuando nos levantábamos para irnos, el gallego agarró el control remoto atrás del mostrador y puso Fútbol de primera. Apuré la salida. La calle estaba más callada y más fría. Yo iba pensando en el Cani y en Diego. Si se pudiera elegir con qué soñar, anoche los habría elegido a ellos. Después entramos a casa y cada uno se fue a su pieza. No sé si los brasileros pusieron la tele para ver los goles. Yo me acosté temprano. Enterré la cabeza en la espuma. No soñé nada.

lunes, 2 de junio de 2008

El fútbol fue, por Mariano Fiszman

Volvía el sábado de hacer un viaje a Haedo en su Fiorino blanca escuchando el partido por radio y antes de un tiro libre para su equipo la cambió casi sin darse cuenta. No lo pensó. Estaba atento al semáforo. Estaba cansado. El dedo solo movió el dial buscando música. Recién al llegar sintió leve la falta de fútbol pero no le dio importancia. Entró en la casa, se bañó y no puso ningún partido. El domingo no compró el diario, no fue a patear con el sobrino en la plaza, no miró el codificado ni Fútbol de primera. El fútbol fue, es lo único que dice el lunes a la mañana sin suplemento de clarín cuando avisa en la remisería que no va a ir más a jugar los jueves a la noche abajo de la autopista. Ya fue, dice encogiendo los hombros. Lo que más les preocupa a los muchachos es su desinterés. Diagnostican depresión. Una especie de anorexia futbolística peligrosa. Tendencias homosexuales, obvio. Psicosis. Pecho frío. A nadie le cabe en la cabeza que después de veintiocho años de servicio en la Empresa Fútbol (había entrado a los seis con su primera camiseta de piqué y un álbum de figuritas) la abandone de un momento para el otro despreocupadamente, peor todavía, porque parece que es el fútbol el que lo abandonó a él, dejó de comerle la cabeza y las uñas y vació sus sueños. No le cabe cuestionarse nada, no cree estar perdiendo nada importante. ¿Cómo pudo pasar?, se preguntan en la remisería. Que es como preguntarse: ¿puede pasarnos a nosotros? Él quiere hablar de otra cosa, sonríe sin orgullo y dice que el fútbol fue.

Clásico de Avellaneda en Gerli

Ir hasta Liniers a las 2 de la tarde es un despropósito. Lo vemos en el Estrella de Echenagucía.

Tras la puerta hay una reja que separa la escalera que lleva al ciber en el entrepiso y la entrada al bufet. Entrando a la izquierda hay una puerta que va a la cocina y el otro lado del mostrador, donde el bufetero (un rubio de bigotes) y su señora (morocha lacia) despachan patis, gaseosas, pizas y vermut. Encima de ellos, en una jaula -se robaron la anterior- está la tele de 29'. Los equipos salen a la cancha.

En la mesa redonda del centro se sienta gente del club -técnicos de papi, miembros de la comisión, pibes que jugaron hace unos años y empiezan a tener hijos futboleros, vecinos- del Rojo y de la Acade y algunos de otros clubes. Atrás y a los costados, otras tres, ocupadas por mayoria de hombres entre 5 y 80 años. Alguna novia y alguna mamá joven. Saca Independiente. Nos sentamos con El Tripo cerca de la ventana que da a la calle.

El Rojo parece arrancar animoso y tengo la sensación doble del último clásico: estamos para golearlos y esto termina 0 a 0. Atrás de la tele, por la ventana del entrepiso se ven las piernas de los cibernautas y el lado de atrás de los monitores. Hay un par de jugadas con sensación de peligro. La Academia no hace pie, y algunos de sus jugadores desnudan sus limitaciones: lo más divertido del primer tiempo es uno que le grita a Navia: "Andá a caminar por Florida, chileno".

Se completan el resto de las mesas, unos indiferentes empiezan a jugar al pool, y una mamá con su nene al metegol. Termina el primer tiempo, los espectadores van al baño, renuevan sus bebidas y se polemiza sobre jugadas dudosas, desempeño de los jugadores y quién merece ir ganando. Abajo de la tele hay un cartel: "No se / reserva / cancha sin / seña / Alquiler / Diurno $25 / Nocturno $30".

Salen las equipos para la segunda mitad. El Rojo parece querer llevárselo por delante, pero el envión le dura 10'. En la puerta estaciona una camioneta de mudanzas, abren la caja y entran a bajar pibitos, seis, once, quince, y un par de adultos: son los rivales (creo que de Villa Modelo) que vienen a disputar la fecha de FADI. Montenegro entra y a los cinco minutos abandona la cancha y nuestro entusiasmo. Racing se come un par de goles: travesaño de Sava. El partido es un barullo aburridísimo. Algunos van a ver jugar a los mocosos, seis contra seis: suenan los pelotazos contra la pared y el pito del referí; hay un gol cada cuatro minutos.

Jugadores tirados, y la pelota por el aire y afuera. Final del juego: Racing zafó de una gastada peor; nosotros nos perdemos de gastarlos más. El punto no le sirve a ninguno. Menos mal que no fuimos hasta Vélez.

Fernando Aíta

domingo, 1 de junio de 2008

Aburrido televisado, por Alejandro Güerri


Hoy sábado fui a un bar especialmente a ver Racing-Independiente para cubrirlo en este blog. Lo vi con dos amigos, uno me dijo a los ocho del primer tiempo: "Este partido es un cero a cero clavado".

El mozo era de Racing.

Racing e Independiente son dos de los seis grandes del fútbol argentino (sin contar al séptimo, Vélez) y el partido que jugaron fue más aburrido que una oración entre paréntesis. River-Boca aburrió lo mismo.

No sé de dónde sacamos que hoy día nuestro fútbol es bueno. Salvo destellos de jugadores que valen fortuna para el mercado o pibes irreverentes que juegan como les canta el orto, todo el resto es aburridísimo.

El Rolfi Montenegro es buena onda pero da un poco de pena; Sava es directamente triste; Denis y su cresta de dragón dieron pie a: "Mi hermanito dice que los futbolistas van a la peluquería una vez por semana porque el peinado es lo único que los distingue en la cancha".

Toda una novedad el arquero pelado de Racing, un Llop de los tres palos.

¿Qué es esa cagada de llamar derby a un clásico? ¿Artillero al goleador?

Hubo seis o siete situaciones de gol. Un tiro en el travesaño. Un mini quilombo.

Pedimos la cuenta antes de que termine. Eso fue todo.