miércoles, 17 de marzo de 2010

jueves, 4 de marzo de 2010

Humano, demasiado humano


Recorte del diario La razon de Mexico, del 1 de marzo.
La editorial Tusquets ya esta usando este fragmento como anticipo del libro del poeta y tecnico rosarino, Las defensas abiertas de America Latina, a publicarse despues del mundial.
Incluye treinta y tres haikus (la misma cantidad de zonas en las que divide la cancha en los entrenamientos) sobre nuestra eliminacion del mundial de Japon, y una Oda de amor-odio a Fontanarrosa.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Alemania 0 - Argentina 1

Primer tiempo

(Antes que nada, agradezco que el comisario Fabbri no comente este partido. En base al manejo de datos y estadísticas al pedo, se ganó un consenso de hombre serio, pero si uno escucha sus comentarios, no hay uno que sea positivo: como los de una vieja chusma, todos se paran en la protesta, la denuncia o el juicio. Siempre busca un culpable, hasta para las cosas buenas. )

Los himnos. Las formaciones. Messi cada vez más hobbit, Jonás cada vez más Mortensen.

Maradona es blanco o negro, buda a la manera argentina. Esa túnica negra, mezcla de cubrecama y frazada, le da una apariencia divina (contrasta con la campera firme del DT alemán). Atrás suyo, el Negro Enrique, a quien se le nota en la mirada una mutación lenta hacia su hermano El Loco.

El partido aburre y no se cambia de canal. Por suerte, Zanetti sólo aparece en la propaganda de zapatillas: la vida te entrena.

Las jugadas se desarman cerca del área grande. No nos llegan con peligro. Romero es seguro y tiene un cañón en el pie. Verón, el candado de los 90.

Estas remeras nuevas de neoprén hacen a los nuestros más corpulentos. Sospecho que seremos un equipo aburrido de ver hasta que nos animemos a tocar.

Buenas noticias: tras las eliminatorias, Mascherano vuelve a dar pases buenos. Cuando la toque de espaldas al arco argentino, la va a romper.

Jonás es todo.

Quesito Adler, el arquero alemán, y el travesaño tapan un jugadón de Ángel Di María quien impulsado por sus orejas-alas se saca de encima a tres alemanes y le pega. A los 45, pase del susodicho por arriba de los centrales, Higuaín la corre, se la pellizca al arquero y con el arco vacío la mete. ¡Goool! ¡Gol! Bien por el pichichi.

Segundo tiempo

Heinze se lesiona, privándonos de verlo correr más cerca de nosotros, en la pantalla. Entra Clemente, suma su bocha a la de Verón, que le pega de lejos y se va por arriba.

Es asombroso cómo cambió el discurso de Walter Nelson con la Selección. Antes éramos una bosta, hoy somos todo ilusión. Pide modificaciones, le nombra jugadores argentinos que están en el banco al comentarista. Rodríguez -que así se llama- confiesa exaltado: "Mientras más me pedís, más me gusta".

Da la sensación de que salimos a hacer tiempo. La pelota va hacia Maradona y Diego la sostiene en el empeine unos segundos. La jugada vale una repetición para la tele alemana. ¿Puede un técnico proponerse como cambio? ¿Veremos jugar aunque sea unos minutos a Maradona en Sudáfrica?

Romero le pega un viandazo a la tribuna y en el ataque Alemania tiene menos fuerza de convicción que River. Es de celebrar la propuesta multicultural del equipo: un técnico dark y en el campo Cacau, un ex brasilero que la mueve.

Una premonición: sufriremos mucho los segundos tiempos en el Mundial.

¿Con qué material está hecho el pelo de Tévez?

Después de un foul que Cacau le hace a Mascherano, Maradona lo apura: "¿Qué le pasa? Eh, Cacau, eh."

Di María es el habilidoso del equipo. Jonás pone el cuerpo, entusiasma.

Se escucha: "Olé olé olé Diegó Diegó". Eso tiene Maradona: se expone. Podría vivir eternamente de lo hecho en el 86 y el 90, pero no: el tipo va por más. Desde otro lado. Esta semana habló de "nuevos héroes" y cómo olvidar Héroes, la película inglesa que protagonizó hace 23 años.

Lo agarran a Mascherano a la salida. Deja estas dos frases: "en el segundo tiempo quizás inconscientemente nos metimos atrás" y "¿Quién no quiere llegar a lo más alto? Pero es difícil".