miércoles, 29 de julio de 2009

Independiente-Juventus, 1973

Muchachos
Estuve viendo el video de la famosa final entre Independiente y Juventus. A ver si se los puedo pasar:
http://www.youtube.com/watch?v=TNHyGVyqXI0
Por l que se v ahí teclado de mierda el Rojo se aferró al cero y en una jugada mágica increíble, como la de Cani en el 90, donde también nos recagaron a pelotazos, supo ganar el partido.
Grande Bocha.
Y por ahí también está el uno a cero al Liverpool en el 84. Es enormemente clarificador.

Mariano

martes, 21 de julio de 2009

¡Gracias, Maestro! (Siempre y por siempre)

Por Daniel A. Liñares

El domingo al mediodía se disputó un partido en el que participaron jugadores retirados de Boca e Independiente.

Por Independiente jugaron, además del Maestro, entre otros, el Loco Enrique, Perico Pérez (dos de los que más ganas tenían, protestaban al referí y todo), Mandinga Percudani, Merlini. Notorias ausencias: Básicamente, el resto del mediocampo de aquel equipo del ’84: El Burru, Maranga, el Gringo; y el Negro Clausen y Trossero y Villaverde. En vez del Burru, estaba la Chancha Mazzoni...

Por Boca participaron, entre otros, Hrabina, Walter Pico (dos con muchas ganas también), el Chino Tapia —¡Qué jugador, señores, por favor!—, Graciani; en el segundo tiempo entró el Manteca Martínez, que vivió en offside, y creo que debe haber sido la primera vez en su vida que no convierte goles contra el Rojo. La ausencia más notoria por el lado de Boca fue la del Loco Gatti, estando Vivaldo en su lugar.

El partido terminó ganado por Boca 2 a 0, con goles de Graciani y Tilger. Lo arrancó mejor Boca el partido, pero a los 10 minutos ya era todo del Rojo: el Rojo había ganado el medio. Minutos antes de que termine el 1º tiempo, el primer gol de Boca: desborde de Pico por la izquierda y centro atrás a los pies de Graciani que no pudo resolver de una, pero el rebote le volvió a dejar la pelota en los pies y la mandó adentro. Gol de goleador. Como era un partido eliminatorio, en el 2º tiempo el Rojo se fue con todo al ataque y quedó descompensado abajo, Boca metió uno más y podría haber metido dos más también en ese segundo tiempo.

Pero pasemos a lo importante. Para un hincha de Independiente como yo, de 33 años, era un evento imperdible: Jugaba el Bocha, el Maestro, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Había colgada del alambrado una bandera que era fiel reflejo de la emoción de todos los del Rojo: “Gracias Dios por hacer que el Bocha juegue por siempre”, en clara alusión a aquel cantito de la hinchada en el cual, basándose en una melodía de León Gieco, le pedíamos eso a Dios: Que el Bocha juegue para siempre. El hincha de Independiente, en ese sentido, tiene algo que ningún otro club tiene. Recuerdo que cuando el Bocha se retiró de las canchas, allá por el ’91, me di cuenta de que yo no era hincha del Rojo: Había estado siendo hincha de Ricardo Bochini.

El Maestro tiene como 55 años, nunca fue de correr y el domingo no fue la excepción. Por momentos no participaba del juego tanto como hubiésemos querido. Pero es el Bocha. Y el Bocha es el Bocha. Así como todos los hombres son mortales y Sócrates es un hombre y por ende mortal, el Bocha es el Bocha. Y el Bocha hizo de las suyas.

En el primer tiempo sobre todo. En una desborda por la derecha y le hace un caño a Hrabina monumental, el jugador de Boca quedó marcando al banderín del corner mientras el Bocha se iba con su pelota, lo dejó pagando como lo dejó —creo que fue a él, precisamente— pagando aquel partido de la fecha 29 del Campeonato 88/89 (uno de los últimos torneos largos, campeón el Rojo) en la Bombonera, en el segundo gol, de Alfaro Moreno, la mismo tarde que el Bocha había hecho el primero saltando a Navarro Montoya, la pelota entró rodando al arco bostero y apenas tocó la red, así eran los goles que el Bocha le hacía a Boca.

Y gracias a Dios tuvimos oportunidad de ver lo suyo, “la Gran Bocha”: Independiente tenía la pelota en el medio pero con dificultad, Boca presionaba bien y faltaba una uña para que robara esa pelota que quemaba. Perico se la pasa al Bocha y claro, Percudani ya sabe. Entonces, cuando Perico da el pase, Mandinga piensa para sí mismo: “Yo me voy a quedar mano a mano con el arquero”. Y así fue, cuando la pelota llegó a los pies del Bocha, el Bocha ya había visto todo, no le duró ni un segundo la pelota en los pies, ya había partido el pase gol que recibió Mandinga Percudani que ya había picado al vacío porque se la veía venir. Estaba para una corrida como la de la final de la Intercontinental del ’84: Ningún defensor entre él y el arquero, pero como a 25 metros del arco. El estado físico no es el mismo y Hrabina pudo recuperarse y tocarle la pelota desde atrás cuando el goleador rojo ya estaba por sacar su remate. Igual el hincha del Rojo ya había visto lo que quería, lo que necesitaba: El Fútbol del Bocha. ¡Gracias, Maestro! ¡Gracias, Pa!

viernes, 17 de julio de 2009

La Plata, la plata y otros favoritismos

por Alejandro Güerri

En una misma semana, los dos equipos de La Plata vivieron la agonía y la gloria. En la medición de logros, lo de Estudiantes gana por afano: dio vuelta un resultado de visitante, dejó sin nada a los brazucas, abarca un continente. No vi lo de Gimnasia pero por lo que leí y me contaron, salvarse así del descenso tiene algo heroico. Dos apuntes más: me sorprendió la faceta líder místico de Sabella, su calma y coherencia para responderle a un exaltado Tití. La otra es la dedicatoria de Verón: después de agradecer a sus familiares y amigos, siguió enumerando: “a los que me quieren, a los que no me quieren”.

“¿Por qué diversos motivos uno elige entre dos equipos de los cuáles no es hincha?”, preguntó Fede en Hincha del Fútbol y llegué a esto:
1 - Si el partido es entre equipos que no me importan (de otras ligas, de divisiones que no son la A), me hago hincha del más débil.
2 - Si el partido es entre equipos por los que tengo algún sentimiento, hincho por el quiero más.
3 - Si el partido lo juegan equipos que me dan lo mismo, pero el resultado incide en la suerte de mi equipo, hincho por el que me conviene que gane.
4 - Si es un partido entre un equipo argentino y uno extranjero, siempre quiere que gane el equipo argentino, salvo Boca.
5 - Si juega la Selección, soy de la Selección.

Esto me llevó a descubrir que hinché por Huracán en la última fecha por su buen fútbol y también porque lo consideraba el más débil de los dos. La rareza del clima y el afano que hubo en el partido, me hicieron caer en lo de siempre: “El fútbol es un negocio, está todo arreglado”. Muy probablemente sea así, pero eso ya lo sé. Entonces de qué me sorprendo cada vez que se reedita la historieta.

El miércoles pasado, en la final de la Libertadores, fui hincha del más débil en los papeles y pantallas de su computadora, señora, del equipo que ganó. Y festejé los goles y fui feliz. La victoria de Estudiantes volvió a poner las cosas en equilibrio en el cosmos de las sensaciones.

Hasta nuevo aviso.

miércoles, 15 de julio de 2009

La pelota rueda

Seppo Gisen tuvo una charla interesante con su discípulo Gessha: el mondo* de la pelota.
Un día que el anciano jugaba a la pelota, Gessha le preguntó:
—¿Por qué rueda la pelota?
—La pelota es libre. Es la verdadera libertad.
—¿Por qué?
—Porque es redonda. Puede rodar por todas partes, no importa en qué dirección, libremente.
Inconciente, natural, automáticamente.

* Un mondo es un diálogo breve sobre el modelo pregunta-respuesta.

En El cuenco y el bastón -120 cuentos zen-, de Taisen Deshimaru.

domingo, 12 de julio de 2009

Hincha del Fútbol

por Federico Merea

Estaba ilusionado, no voy a negarlo. Las elecciones alargaron la espera una semana y lo venía paladeando. Que el campeonato se defina entre los dos con posibilidades de campeonar no es habitual, un cometa Halley futbolístico que, está claro, pasa cada mucho tiempo. En mi experiencia lo más cercano es hace 15 años: Huracán-Independiente, 1994; el rojo lo despachó con un contundente 4-0. Poder disfrutar como hincha del fútbol era un excelente plan para el domingo.

Nos encontramos con los muchachos sin apuro. El boliche cerrado. Deambulamos hasta caer en un lugar al que jamás había ido: Restaurant Adann. Me siento como en la costa. Una especie de Pinamar con Mar de Ajó. Milanesa napolitana con papas fritas, vino con soda, cortadito.
La previa. “¿Este Montoya atajó todo el torneo?”. TV en vivo. La comunión de mucha gente viendo lo mismo al mismo tiempo. Que gane el mejor, si bien cuando empieza confirmo mi preferencia, el buen juego de Huracán…y la imagen del globito me lleva arbitrariamente a un terreno decimonónico que idealizo. ¿Por qué diversos motivos uno elige entre dos equipos de los cuáles no es hincha? La tormenta de Liniers. Granizo. Donde estamos apenas llueve. De repente estamos viendo un documental sobre el clima. Alguno se aburre y lee el diario. El país. Los sopladores de piedras de hielo, el gordo que se cae a la fosa, los bomberos.
Vélez domina el primer tiempo, Huracán hace alguna. Lo que veníamos hablando desde hace por lo menos un mes. De los tres (Vélez, Huracán, Lanús) a los del fortín se los ve más sólidos, con más pinta de campeón.
“Ahora el partido lo juegan los nervios.”
Vélez es un equipo que encontró la fórmula para ganar: ganar. En el final se pareció a sí mismo, Huracán no tanto. Sí, el gol fue un afano. Componentes del fútbol. Mafia, polémicas, errores. Para ser campeón hay que vencer todo.

Los primeros días de la semana no acepto al campeón. Me vuelvo a indignar con las pelotas escondidas. Consuelo a un quemero en el laburo.

Ya es Domingo otra vez, pasó una semana. Vélez Sarsfield es el campeón, Huracán jugó muy buen fútbol. Gimnasia y Central zafaron del descenso. Viene el receso futbolístico.

lunes, 6 de julio de 2009

Final

por Fernando Aíta.

Firmat, Santa Fe. Asado al sol en pleno julio y mangas de remera. El humo es una pantalla; se podría proyectar sobre agua con hielo seco. Cuatro y media, sobremesa rápida, y al Cervantes en bici para ver el segundo tiempo de la final. Pero resulta que está cerrado por decreto municipal. Cerrados el club, el café frente a la plaza, las parrillas. El partido postergado una semana por la repartija de los politiquistas, y amenazado por el estado de sitio de la nueva gripe. Paseo forzado por el pueblo semidesierto. Leo un pasacalle: intervenido quedaría así "Tampone. Corriente remodeladora. PJ". Y una pintada con aerosol y letras de molde en varias esquinas: "Sergio Stampone. Tu oportunidad es el cambio". Pusieron la firma adelante, queda raro, parece que alguien le habla a Sergio. Habría que agregarle: "Si no cambiás, sos boleta".

De vuelta por la ruta, rumbeando hacia la casa algo frustrado, una estación del ACA con signos de movimiento. La zona de sillas y mesas está cercada con una cinta blanca y roja de plástico como la escena de un crimen. En la otra punta los colores vivos del televisor. Van 42'. "¿Lo puedo mirar desde acá?" La cajera alza los hombros como qué sé yo, qué me importa. Ataca Defederico con la bocha al pie, entra al área, gambetea a dos y la cruza desviada. Contra de Vélez: López, en orsai, elude al arquero y define. Todo anulado. Brasenas pita el final a los 47 pero nadie festeja. Recién terminó la primera mitad.

Regreso a la casa, prenderse a la radio. Me entero de que llueve a cántaros, que el primer tiempo se suspendió media hora por granizo, que le anularon mal un gol al Globo, que Monzón le atajó un penal a López. Un gran partido, dos grandes equipos. Perfume de mandarinas. A los cinco del segundo, Golz sale del fondo y llega a definir, pero ataja Montoya. Otra: pase de Pastore, Nieto en orsai, invalidada. El Burrito Martínez responde por el local, define exigido y la tira afuera. Monzón retiene una. Se prepara Larrivey. El Fortín aprieta, a Huracán le cuesta sostenerla. Café casero. Gareca saca uno del fondo para sumar un 9. Cappa manda al Maestrico González a la cancha. Tut-tut-tuuuut. ¿Ya son las cinco y media? Otra copa de vino, a la salud del campeón.

El relator se pone como un loco. Ottamendi la toca con la mano y está amonestado. La mano fue "elocuente". El remate sería muy, muy peligroso. Pero no. Suben Pappa y Zapata por izquierda, y el relato se exalta de tal modo que ya no sé qué creerle. Toranzo para Bolatti, que toca para Pastore, doble pared y Defederico ¡¡¡afueeeraaa!!! Faltan 10'. Salgo otra vez para el ACA.


Escapada de Vélez. Peina López. Larrivey mano a mano con Monzón, que tapa pero queda lesionado. Parece fau al arquero o jugada peligrosa, pero Moralez manda el rebote al fondo de la red. Gol y a llorar a Luján. Por sacarse la camiseta le muestran la segunda amarilla y ve los últimos minutos desde el banco con una banda de colados. Cappa está desecho. Mucha gente en el campo. Tumulto entre los suplentes. Partido otra vez suspendido. Cambio en Vélez. Quedan 8 y el Globito arremete como puede. Pero no le da. Contra de Vélez faltando 1'. Monzón le tapa un mano a mano a Larrivey, se va al córner, se carajean y casi se agarran a ganchos. La hinchada quemera le rompe la cabeza a Sebastián Domínguez de un ¿piedrazo? El partido se destiñe. Más alboroto. Y fin. Vélez campeón.

A Huracán nadie le quita lo bailado. Una pena no poder ratificar todo lo lindo en algo mensurable, en título, en la chapa del trofeo. Y los de Liniers, que fueron un gran equipo, que picardía esta mugre, que tengan que ganar lo que merecen con tanto enchastre. Me llevo un alfajor -no se puede comer en el local-, necesito algo dulce.

viernes, 3 de julio de 2009