por Federico Merea
Hostigado por los cronistas, al cuevero central número 2 no le dejan otra alternativa que hacer declaraciones a segundos de haber terminado el juego. Jadeando y secándose el sudor de la cara con las mangas de la camiseta, para quedar más presentable en cámara, nos entrega este haiku:
Jugamos mal
pusimos mucho huevo
lo dimos vuelta