miércoles, 29 de octubre de 2008

El Pájaro

por Alejandro Güerri

Quizás sea un sueño personal, uno de esos caprichos que uno quiere ver realizados para ver cómo funcionan en la realidad las cosas que imagina. Sé que es un tema lateral en este momento histórico, en el que Maradona se convirtió en el técnico de la Selección Argentina y sin embargo, no puedo dejar de decirlo: Diego, en el próximo mundial, ponelo a Caniggia en la lista de 22. Si lo llevó el Loco Bielsa a Corea-Japón, ¿cómo vos que sos amigo lo vas a dejar afuera?

Esto no es el primer eslabón en una futura cadena de mails, ni el paso primero hacia un nuevo blog pro-Pájaro. Es el deseo de un hincha argentino que vio a Claudio Paul (¡Claudio Paul!) iniciarse en River con unos piques asesinos por la raya y, casi diez años después, volver a la Argentina para jugar en Boca, convertido en fanático xeneize. Y esos son hasta ahora los únicos clubes locales en los que jugó Caniggia.



Maradona podría tener en cuenta para invitarlo a Sudáfrica los dos cierres desafortunados del Hijo del Viento en mundiales. En Italia 90, una doble amarilla por una mano boba lo dejó afuera de la final, y en 2002, lo expulsaron contra Suecia, estando en el banco de suplentes. Si jugadores como Zanetti y Verón tuvieron su revancha en la era Coco, que el 10 sea generoso y le dé una oportunidad a su amigo Claudio.

Quiero volver a ver ese nido de pájaros atados con un hilito invisible. Quiero volver a escuchar sus declaraciones post partido, llenas de lagunas mentales. Quiero gritar un gol suyo como los que les hizo a Brasil, Italia o Nigeria. Quiero volver a Caniggia con la celeste y blanca. Diego, si como vienen promocionando a tu equipo desde anoche "esta será la selección del corazón de los argentinos", ponéte las pilas y lleválo al Cani. Ya hizo méritos para estar entre los 22.

lunes, 27 de octubre de 2008

Vamos los pibes 2

por Mariano Fiszman.

El primer tiempo se jugo casi entero en el campo de los del gimnasio de Costa Rica. Prácticamente alrededor de su área. Los del gimnasio de Costa Rica con Matías al arco que no le gusta agarrarla con la mano y despeja todo con el pie en la línea, Lucas de River abajo, en el borde del área incluso en los córners a favor aunque el padre le grita que suba, Franquito el hermano de Julián en todas partes, Leandro, Facundo e Iker en ninguna, y Lucas de Boca arrancando como una saeta rubia en mitad de cancha para intentar algún contragolpe. Matías y Lucas de River, los dos más grandotes, hacen los laterales. Lucas de River rechazó de cabeza en un lateral de ellos. En un momento el referí lo advirtió a Facundo porque le pegó una rosca a uno. Facundo se encogió de hombros y dijo que el otro le había dado una patada. Increíblemente, los otros no pudieron embocarla. Desaprovecharon varios goles a favor. Hubo muchos uhhhh.
En el segundo tiempo, Lucas de River entró al arco y Matías salió al medio y los del gimnasio de Costa Rica empezaron a poder cruzar la mitad de la cancha. También ganaron seguridad en el arco. Franquito firme abajo y todos los enanos deambulando, todos atrás de la pelota con las camisetas tapándoles las rodillas. Fueron entrando otro Lucas más, Mariano y Juani. La idea de Ariel el técnico es que jueguen todos. En el cambio de arquero entre Lucas de River y Franquito se durmieron. Franquito sacó corto con la mano, Lucas estaba dado vuelta y la agarró uno de los otros en la línea del área y la metió abajo, al lado del palo. Cero uno abajo, Matías agarró un rebote pasando mitad de cancha y metió un derechazo cruzado al palo izquierdo de puntín inatajable. Los últimos minutos fueron vibrantes. El público inquieto contra la pared entraba en la cancha para seguir las jugadas de peligro. Los abuelos y una abuela se reían y se agarraban la cabeza. Los padres daban indicaciones tácticas y las madres gritaban los nombres de los jugadores. Hubo pelotas que se fueron cerca y muchos más uhhhh. Hubo un tiro libre que Lucas misteriosamente de cara al córner se lo tocó de taco a Matías y pasó al lado del primer palo. En otra, después de una sucesión de rebotes en el arquero de ellos, Lucas de Boca tuvo su premio a la perseverancia goleadora. Le quedó mansa a un metro del arco vacío y rompió la red. Se desató una alegría increíble. Faltaba un minuto. Para los otros entraron dos jugadores más y no salió ninguno. Uno rubio jugó llorando hasta que el referí pitó el final. Lucas de River no se quedó para la foto porque se le había hecho tarde para ir a Plástica.
Resultado final: los del gimnasio de Costa Rica 2- los otros 1. Técnicos: Ariel y un gordito rubio. Partido jugado el sábado a las diez y media de la mañana en Costa Rica entre Dorrego y Arévalo. Categoría 2000-2001.

lunes, 20 de octubre de 2008

LASZLO

por Mariano Fiszman.

Sé que a ustedes el nombre por ahi no les dice, pero el jueves se murió Daniel Laszlo.
Con Laszlo, llamado así por el apellido por casi todos, jugué al fútbol muchos años. En diferentes canchas. En la de Godoy Cruz y Honduras, principalmente, pero también, años antes, en el patio de Mundo Nuevo, y años después en las canchas de tierra de Warnes, y él seguramente en muchas otras a las cuales yo falté, abajo de autopistas y en clubes de Paternal y otros barrios y en plazas. A diferencia de mí, Laszlo era uno de los infaltables. ¿Me acuerdo mal o también en una época de noche en Villa Malcolm? Su pasión era grande. Zurdo. Enfermo del Rojo. Lento. Elegante. Cabrón. Laszlo jugaba abajo, una especie de seis pesado y sucio. Trossero. Te manoteaba. Trababa mal y se enojaba si decías algo. A mí lo que siempre me indignó era que robara los laterales. Iba y sacaba rápido y a cagar. Cortar del lado derecho, un problema. Pero podía salir jugando pelota al pie y apenas cruzaba la frontera del medio sacudir un puntinazo al primer palo arriba, o cruzarla con cara interna, arrastrando la pierna acompañando la trayectoria de la pelota, al segundo palo. Dice Javier (carrilero febril) que era un espectáculo ver cómo gritaba los goles. Dice también: lo buen tipo que debía ser Laszlo para que con lo cabrón y mala onda que era tuviera tantos amigos.
Después del partido elongaba, se ponía ese buzo negro o gris con capucha y me tiraba en la esquina de casa en el renault once.
Lo conocí un sábado a la mañana de sol durante el mundial ochenta y seis. Creo que fue el día que Brasil perdió con Francia por penales.
La última vez que hablé me dijo que Borghi podría hacerle una transfusión de grasa.
Al final tuvo tranquilidad y temple.

Tiempo de cambios

por Fenando Aíta

Hace una semana se fue Borghi de Independiente. Había llegado pregonando el juego bonito, el ir a buscar el arco rival, libertad para los creativos, arriesgar. Después de una campaña pobre, caracterizada por la mezquindad de sus planteos y sus cambios, y un juego desabrido, dio un paso al costado. Ojalá que en el futuro le vaya mejor y sea fiel a lo que se le escapa de los labios.
Este fin de semana dirigió Santoro (que ya tendría que haberse quedado como DT después de alguno de sus interinatos. Paréntesis: qué recibimiento el de la hichada de Central a Madelón, a quien los dirigentes echaron inexplicablemente después de salvarlos del descenso). Con los mismo jugadores (que ya conocía, aunque privilegió a pibes salidos de las inferiores: Calello, Caracoche, Fredes, Rodríguez y Ríos) y un esquema similar, Pepé logró cambiar la actitud: el equipo salió a presionar, atacó, metió y el Gordo Núñez metió dos golazos. (Colón descontó de penal).
Esta semana, después de no encontrarle la vuelta al juego y de que no se dieran los resultados, se fue El Coco (rumores igual que en Independiente: los jugadores están más preocupados por cogerse modelos que por jugar). Gracias, Coco, por todo, es un buen momento para abrirse porque el reemplazante tiene todo el verano para laburar.
Ahora: ¿A quién se le había ocurrido que Simeone podía dirigir a La Selección? Claramente una campaña de representantes y periodistas para instalarlo como candidato. Tarde o temprano el Cholo será el técnico: mejor tarde (me remite al menemismo a la selección de Mascardi que condujeron Passarela y Bielsa, diez años de no poder disfrutar ni del juego ni de los resultados ni de la Copa América). Nadie le resta mérito por lo de Estudiantes, pero ayer en el Superclásico, Boca nos hizo un favor a todos los argentinos: River perdió de local con uno más y quedó en el fondo de la tabla (junto a Central con 8, a 17 de la punta). (El equipo de Simeone tiene los mismos problemas que se le achacaron al Coco). Y Román demostró por qué es tan grande: se puso el equipo al hombro y la pelota bajo el botín.

Russo, con San Lorenzo primero y contundente (8 ganados -6 al hilo-, 1 empate, 1 perdido) más allá del resultadismo, está demostrando que sabe conducir un plantel numeroso y que tiene una idea de juego definida: con altibajos, San Lorenzo juega bien a la pelota (San Matín de Tucumán también). Puede que en el futuro sea un buen candidato para la celeste y blanca.
Pero ¿qué duda cabe de que Batista se ganó el derecho a ser el sucesor de Basile?

Primero: ganó la medalla de oro en Beijing (lo único, además de ser un gran profesional, que pueden decir los partidarios de Bielsa, tan reivindicado después del triunfo contundente de Chile). Pero Batista no carga con una histórica eliminación del mundial en primera ronda.
Segundo: Batista ganó las Olimpíadas con un plantel muy parecido al que viene peleando las eliminatorias, con la renovación generacional que impone el sub-23 (Monzón, Zabaleta, Pareja, Garay, Di María, Romero, etc.), y que muchos reclaman. O sea, conoce a los jugadores; no es empezar de cero.
Tercero: el Checho (campeón del mundo, por malo que fuera) ganó las olimpíadas jugando al fútbol, con huevos y toque, sabiendo a qué jugaba, y con Riquelme y Messi, Gago y Mascherano, juntos.

Que Maradona lo acompañe a todas partes (lo mismo que Bochini, dentro de la cancha todo, pero como técnicos...), Bianchi que vuelva a dirigir y demostrar que es un ganador, Ramón Díaz (gran motivador y ganador) que se dedique a los negocios, y Bilardo que siga como periodista que cada vez le sale mejor.

Ojalá Batista pueda repetir lo que ya demostró.

viernes, 17 de octubre de 2008

¿Qué equipo ponés en la cancha?


Ahora que la Selección no tiene más técnico, es el momento de elegir once.
¿Quiénes son los tuyos?

jueves, 16 de octubre de 2008

Argentina-Chile / Eliminatorias Mundial 2010

de Federico Merea

El himno, los países, la antropomorfización de los estados.
En este marco chauvinista me dicen que los chilenos tienen complejo de superioridad con los peruanos y de inferioridad con los argentinos.
En fútbol la estadística le da sustento a este concepto. Chile jugó con Argentina 78 partidos, ganó 6, empató 21, perdió 51, hizo 64 goles, recibió 167, diferencia negativa de 103, goles a favor promedio 0,82, en contra 2,14, rendimiento 16,66%.
Con Perú jugó 69, ganó 35, empató 14, perdió 20, le hizo 105, se comió 91, diferencia positiva de 14, goles a favor promedio 1,52, en contra 1,32, rendimiento 57,49%.

Bielsa es el DT argentino de Chile, es imposible imaginar un DT chileno de Argentina.
El Coco arma un planteo que podría ser interesante pero me suena más bien amarrete. Para 4 defensores, un triple 5 (Ledesma, Cambiasso, Mascherano), 2 enganches (El Kun, Messi), y un 9 “referente de area” Milito. El Coco va a declarar luego que puso 3 delanteros lo cual no es cierto.

Los argentinos saludan a Bielsa.
Comienza el partido.
Quite de Ledesma.
Chocan cabezas Burdisso y Mark Gonzalez: drama. Ambos dejan el campo a los 18´.
La mona Jiménez en la tribuna.
Matías Fernández inventa un foul, patea el tiro libre y la bola pasa cerca.
¡Vamo ahí! (Quiero ganarle a los chilenos.)
Displicencia, desdén, pase de Messi.
Gol de Chile: Orellana a los 35´.
Luego del gol se siente a Milito más solo aún.
Quiero gritar. La selección no ilusiona. Tengo un buen día, no dependo sólo del triunfo. Si perdemos ni me enrosco. (En el segundo lo damos vuelta.)
Fin del primer tiempo. Malo, aburrido. La selección no juega a nada.

Segundo tiempo.
El buzo de Bielsa dice “CHILE”.
Bergessio. Sand. Ilusión. Nada.
Hay que empezar a enojarse.
0-1.
Primer triunfo de Chile por eliminatorias contra Argentina.
Festejos trasandinos.
Renuncia Basile con posterior puterío.

lunes, 13 de octubre de 2008

Argentina II - Uruguay I

Por Fabián Preciado

El triunfo, un logro que tranquiliza.
Sin dudas, si algo se esperaba de la selección era que el sábado ganara. Por supuesto que jugara bien, pero por sobre todo lo demás que ganara.
La cancha no está llena y Riquelme no canta el himno. Los championes de Abreu son horribles.
El partido empezó con dos situaciones que la mayoría no esperaba: Uruguay presionando y el Coco Basile prestándole atención al partido y dando indicaciones.
Sin embargo, a los seis minutos, Argentina se pudo poner en ventaja gracias a un gol raro: habilitación del militante PRO que dirigía el partido, centro de Riquelme y gol de Messi que muestra la remera de festejos de gol más fea que vi en mi vida.
Esta jugada condicionó el resto del partido, porque a partir de ahí Argentina pasó a ganar 1 a 0: no es lo mismo ganar 1 a 0 que ir empatando.
Unos minutos después, creo que a los doce, centro de Carlitos Tévez, tiro de Cambiasso que el palo devuelve al punto del penal, donde la agarra el Kun Agüero que venía corriendo. Gol. Dos a Cero. Está jugada condicionó todavía más el partido porque no es lo mismo ir ganando 2 a 0, que 1 a 0.
El primer tiempo se siguió jugando como desde el inicio, bajo un cielo gris oscuro que regaba el césped del monumental con una lluvia intermitente y fría. Basile seguía dando indicaciones.
Pasaron muchas cosas. Alguna jugada de Heinze que me hizo vibrar de la emoción, una escapada del Pupi. No mucho más. Menos mal que el partido se jugó un sábado a la tarde y uno tenía mejores cosas que hacer.
Antes de ir a descansar, Lugano metió un gol para Uruguay. El partido ya estaba 2 a 1 pero esto no condicionó a casi nadie, solo a los jugadores uruguayos que pensaron que lo podrían empatar. No way. Este Uruguay es malísimo, sus 11 jugadores son malos. Sin Forlán, este equipo solamente le pueden meter un gol a nuestra selección. Pero solo uno.
El relator habla del seleccionado oriental y yo pienso, por lo mal que juegan al fútbol, que deben ser indonesios o taiwaneses. Nunca rioplatenses.
En el segundo tiempo, a los 11 minutos, se cortó la luz en lo de Charly (así se llama, no?). La electricidad volvió tres minutos antes de que finalizara el partido, que siguió movidito y hasta tuvo un par de amagues de pelea.
Una suerte, justo para escuchar a Mascherano que contó más o menos lo que pasó desde que se cortó la luz. No le entendí nada a Mascherano.

domingo, 5 de octubre de 2008

Vamos los pibes

Lanús 4 - Argentinos 2

Por Alejandro Güerri

El chabón que cuida los coches nos ve cara de Argentinos.
-Diez pesos, muchachos.
Le damos dos y le decimos que a la vuelta arreglamos.

Llegamos con una Filcar de 1996. Dos opciones para entrar a Lanús desde Capital: 9 de julio-Autopista, Boedo-Av. Sáenz.

Chiquito Bossio, más fe que condiciones. Entonces, ¿las condiciones son la fe que uno se tiene?

Guidi y Arias, ahí queda la cancha de Lanús. Por la continuación de Sáenz, doblamos en Esquiú, hacemos ocho cuadras y vemos el cordón policial.

Vamos a la popu local. La entrada tiene colores flúo.



Cavernícola. Huérfano. Mediocre. Son tres insultos que, en la hora y media de partido, se ligan el 4 de Argentinos, el juez de línea y Furchi.

La hinchada de Lanús (la 14) odia a Gorosito por algo que dijo cuando dirigía a Lanús. En varios pasajes, hay puteadas y cantitos en su contra.

Pepe Sand es el héroe lanusino. Pone un huevo tremendo, juega y hace jugar, clava el segundo.

El primero y el tercer gol de Lanús son hechos en equipo. Conexión, toque rápido, sencillez y atrevimiento.

Con el tercer gol, llega el clímax. La hinchada canta: "Vamos los pibes" por un rato largo. Me sumo al coro sin pensarlo.
-Te contagiaste -me dice Lucas, de 7, sentado a mi derecha. Y agrega:
-Menos mal que nadie se contagia de ese.
Y señala riéndose, como casi todo el partido, a un tipo sacado que, pase lo que pase, grita y putea como un loco.

Cinco goles en un tiempo: qué felicidad. Lanús 3 - Argentinos 2.

En el segundo, se los ve a todos más cansados y el partido se pone más áspero. El 14, el 19 y Chuky Blanco (el 10), de Lanús, son tres petisos atrevidos que tocan y tocan y amagan.

Toda la popular aplaude las atajadas más boludas de Bossio. ¿Es el bufón del equipo? Medio en serio, medio en joda, hay una discusión entre hinchas sobre las condiciones de Chiquito. A uno que lo defiende, otros tres terminan cantándole: "Hijo de Bossio, hijo de Bossio".

Como en el césped no pasa nada, arrancan los cantitos contra Banfield. Uno, con el ritmo de "Marina", dice así: "Soñás con el fantasma del descenso. / La concha de tu madre, no existís".

Sobre el final, penal para el Grana. Sand adentro. El cambio y la ovación.

A dos cuadras de la cancha, en la vereda, hay una parrilla con carne como para alimentar a las dos hinchadas. Encima está este cartel que dice: "AANYJ. Asociación Amigos de la Niñez y la Juventud".