por Hincha compungido
El tiempo de descuento son las semanas o meses vida que el médico le da al enfermo terminal. Uno puede prolongar el sufrimiento, irse habiendo dado todo, disfrutar hasta el fin, pagar la última cuenta o cobrarla. Como está por oírse el silbato, cada gesto se vuelve único, amaga a ser trascendente. Con la perspectiva de la muerte adelante, en esa mano arbitraria de emperador romano levantada o de fusilador ordenando dame dos, tres, cinco muertos, los minutos cuentan doble o triple. Se sufre más, se sobrevive agónicamente. La ilusión infinita del descuento es que el referí dé cuarenta y cinco minutos más, vivir una segunda vida cuando la primera se terminaba. Pero es imposible. No hay milagros. No hay frialdad, ningún escéptico cuando se va acabando el aire de la habitación. El cuerpo arremete y resiste. La esperanza es vida. Hay que agarrarse a lo que queda. A nada.
hola, Hincha compungido,
ResponderBorrarcuando se te ocurrió esto, ¿estabas viendo algún partido en particular? ¿o jugando? ¿a qué?
Comparto sensaciones, y me queda algo de partido suspendido, de tener que dejar la cancha con el resultado abierto.
Fernando:
Borrarhttp://sentimientobohemio.info/?p=4134
Abrazo!
gracias por el link, hincha esparanzado!
BorrarMuy bueno.
Tremenda comparación.
ResponderBorrarY en ese tren de tirar paralelismos, terrible lo del partido suspendido!!!