por Fernando Aíta
Un triunfo de los humildes.
Diego, emblema, sufre una derrota récord en las condiciones que fue a defender.
En una bandera verde, amarilla y roja se lee "Aquí vivimos, aquí jugamos".
Me gustaría estar a la altura de La Paz.
Tomar la merca revolucionaria y el escabio local.
Bailar con las hermanas y hermanos de Bolivia.
Pero soy argentino y hoy me afecta.
Es la primera vez que veo a mi equipo perder seis a uno.
Nunca me pasó con Independiente.
Sí adentro de una cancha de papi.
Por un momento parece irreal; después es terrible.
Pura impotencia. Soroche futbolístico.
El tercer gol fue la puñalada sorpresiva: minuto 45.
El 4-1 ultimante. La expulsión, incomprensible.
Todos engualichados por el imán de la pacha.
¿Cuál sería el lado bueno?
Perdimos la valla en cero y el invicto de la era del 10.
Algo menos que perder.
Hay sed de revancha.
Y dos meses de juntar ganas.
No te pongas mal, locura.
No dudés de todo.
Esperá que vuelvan a mover la bocha.
Increible el contraste entre esta entrada y la anterior del mismo autor ("Ver para disfrutar"). La ezquizo la plantea el 4-0 vs. el 1-6 y no es para menos.
ResponderBorrarCoincido con lo de la revancha. No hay que dramatizar.
Buenísimo por donde se lo mire (y me quedo corto).
ResponderBorrarYa brindaremos con nuestro escabio local.