Las fiestas del año cristiano tienen la textura triste de un domingo sin fútbol.
Póngale fútbol a las fiestas, podría ser un eslogan macayiano.
Pónganles fútbol a las fiestas, el grito desgarrador del pueblo en las plazas.
Lo que hace una ene, eh.
Lo dice un hincha de Atlanta, ni Atalanta ni Atlante.
Pero piensen: fútbol el 24, el 25, el 31 y el 1. A todo hora, como siempre. Fútbol profesional y papi, de potrero, de primera, de radio, en palermo, a un costado de la paz general y en la vereda. ¿No habría más entusiasmo en la mesa?
El fútbol contra el vacío existencial. Una especie de Aníbal y Mingo contra los fantasmas.
Adivinen quién gana la final.
aunque fuese un metegol de muchos
ResponderBorrarabrazo con montaña de equipo