lunes, 15 de septiembre de 2008

Clásico visitante

por Fernando Aíta

Cuando me bajé de la bici y me despedí de mi anfitriona en la puerta del Bar Cervantes gritaron un gol. Me imaginé que en Firmat habría más bosteros que hinchas del Rojo.




El café está lleno de hombres que se felicitan con palmadas o sacuden la cabeza y levantan las manos hacia el televisor. Dan la repetición: En la puerta del área grande Palacio se la lleva en el mano a mano con Rodríguez, engancha y la pone entre el primer palo y el defensor. Impecable. Assman (figura del partido, por lo que vi después), nada que hacer. Iban dos minutos del segundo tiempo. Dátolo parece un Thundercat. Me pido un café (aroma fuerte, sabroso), $2,50.

Por suerte Independiente empata al toque. Boca queda de festejo. La tocan casi sin marca: Núñez, Fredes, El Rolfi desde el fondo del área la levanta para que Gandín entre solo por el segundo y la meta de cabeza sin despeinarse. Lo grito pero despacio por las dudas: hay un par con gorritas xeneixes con cara de tumba. Para congratularme me pido un ferné, $5,50.

En una mesa al lado de la entrada, un par de pibes de veintialgo trajeron a las únicas mujeres del local, que salen y entran y mandan mensajitos. En otra unos viejos desentendidos del dramático clásico juegan a las barajas por porotos. Y una pareja sacude las bolas de pool.

Boca vuelve a la carga. Sale el goleador visitante y entra Higuaín (“Este es una verga”, dice un parroquiano). Y a los 30’ el partido se degenera. Montenegro traba con Paletta cerca del mediocampo. Los dos quedan sentidos y salen para que los atiendan. Al rato de volver, amarilla para el Rolfi. Pero el línea llama a Lunatti para avisarle que entraron sin autorización. Amarilla al de Boca y segunda para el de Independiente: primera expulsión de Rodolfo en su carrera. “Corruptos”, grita un lugareño, entre risas.

–¿Te acordás cuando te daba pan duro para los perros y vos lo rayabas lo vendías?
–Andá, si vos la guita que tenés la hiciste conmigo.

Los tipos parecen chiquilines: se tiran los sobrecitos de azúcar, llaman en e
l hombro a uno y se dan vuelta. Boca va y Assman se engrandece. A los 45 Lunatti echa a Rodríguez por un gesto que le hace al línea (no había cobrado un ¿gol? ¿picó en la raya?). El uruguayo después lo caza del cogote. Un mamarracho. Dan cinco de descuento. Parece choreo y que Boca gana. A los 49 y pico patean un córner. La bocha cae al área. La saca el Uno. Battaglia no puede con el rebote (está en orsai). Otro sí, sacude la red. El árbitro pita. Todo anulado. Final. Salvamos las pilchas, Bichi. Salió barato.

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