domingo, 14 de noviembre de 2010

Los mellizos

por Mariano Fiszman


treinta de octubre nacieron los Soriano

de mil nueve ochenta y tres ultimo año

que Atlanta ascendió a la A

hicieron inferiores

en General Paz Juniors juntos

como cuando crecían adentro

de la pelota que la madre se robó

en dos mil cuatro Alfredo Abel fue transferido

a Newell’s Old Boys de Laguna Larga Córdoba

Carlos Andrés se quedó solo en General

Paz Juniors vino a Atlanta

fue el goleador del equipo

Belgrano lo compró

y a Atlanta vino Alfredo Abel

fue el goleador del equipo

Belgrano lo compró -no comparten

ningún partido oficial

a Andrés lo venden a Ecuador

a Deportivo Cuenca a Éspoli Abel

volvió a General Paz Juniors solo

jugó en Luján

de Cuyo en Racing

de Córdoba y bajó a

Buenos Aires a

Social Español Andrés

volvió a Belgrano

volvió a Atlanta

fue el goleador del equipo

-tres veces hace tres goles y es figura

en dos mil diez el club compra a su hermano

para que jueguen juntos

vuelva a ser

treinta de octubre y lo festejen con un gol

dos muñequitos de torta

prendida fuego la cabeza hasta los hombros


viernes, 10 de septiembre de 2010

miércoles, 4 de agosto de 2010

La quiero en mi equipo

No creo que haga falta la traducción.

Gracias Pelado por el dato.

lunes, 12 de julio de 2010

El Barba

Terminó el Mundial, se lo llevó España. Pero, salvo a los españoles, no creo que eso le importe a nadie más.

Hoy parecen tan lejanas las conferencias de Diego convertido en el Barba, los pelotones de pelotazos para los perdedores de las prácticas, los goles de pelota parada, el toqueteo abrumador de los tres de arriba y los mocos imperceptibles pero constantes de la defensa hasta el 0-4 inapelable. Demoledor.

Sin embargo, quiero agradecerle algunas cosas a Maradona. Primero, haber llegado jugando al fútbol al mismo tramo del Mundial (o más lejos) que con otros técnicos de carrera desde Bilardo para acá. Después, haber sido capaz de generar una ilusión semejante en el equipo, una ilusión que él mismo tenía. Y subirse al lomo de las ilusiones de Maradona nos puede llevar al abismo o a la cima. Esta vez llegamos a la cima de su humanidad, se expuso a romper el mito en el año del Bicentenario, lo mandó a Pelé al museo.

Hay que tener muchos huevos para ser técnico de la Selección en un país como este.

jueves, 8 de julio de 2010

“Seguramente alguien nos desasnará...”

por Daniel A. Liñares

Le escucho decir eso al siempre detestable Alejandro Fabbri desde una tele de 14 pulgadas al pasar por la vereda de una parrilla que está en la cuadra de mi casa. No escuché —no me quise detener a escuchar— lo que seguía, pero pude deducir por la entonación, por la cadencia del enunciado a lo que se estaba refiriendo. Estaban hablando sobre un suceso de algún mundial anterior. Estaban recordando algún suceso en particular, del cual no conseguían recordar un dato, qué equipo reemplazó a tal otro que no se presentó a un partido o a un mundial o algo así. “Seguramente alguien nos desasnará...” invitaba a que algún televidente —a algún televisor— les comunicase esa información vía meil o teléfono o lo que fuere. El verbo sesasnar refleja una falsa modestia singular, viniendo de Fabbri que siempre se anda haciendo jactancia de todos los numeritos que se acuerda. Se sabe que el televisor es fiel reflejo de su pantalla. El mensaje implícito en la amable petición de Don Alejandro era: “Excepto los que llamen y nos recuerde de qué equipo estamos hablando, todos los demás serán considerados asnos. Yo me digo asno ahora para zafarla, pero en cuando venga al caso, les largo un numerito como Sancho Panza un refrán y sigo siendo el capo que soy, giles. ¡Me la chupan todos ustedes”. Me pareció.
Del último partido de nuestro equipo, lo único que me interesa relevar, que me llamó la atención, es que, apenas sondado el silbato final, automáticamente renació en mí el valorar un televisor apagado más que uno encendido. El Diego es de la gente, no hace falta que lo venga a decir yo. ¿De quién es la Selección? ¿De la gente? ¿Del Diego? ¿De...?
Ojalá que alguien te desasne, Alejandro, mirá que el burro la tiene grande.

martes, 6 de julio de 2010

Un funeral cada cuatro años

Por Guillermo Meza


El mundial es como un familiar que sabemos que va a morir en un mes pero nos encariñamos mucho… tanto, que creemos que puede llegar a vivir para siempre. Pero un día se va, se muere y nos deja esa sensación de que algo perdiste, no te caga la vida pero te puede llegar a cagar un fin de semana.

lunes, 5 de julio de 2010

La hija de Pelé 3

Estaba mirando ese largo velorio que fue la programación de TyC de este fin de semana y se me hizo presente una revelación de lo que nos pasó. Sucedió lo siguiente: como en una lucha de titanes, los poderes de la hija de Pelé fueron absorbidos por Benjamín Agüero al término del primer tiempo del partido Brasil - Holanda. Exactamente, en ese momento la luna se encontraba en Orión y el eclipse cegó en forma momentánea a la hija de Pelé, lo que permitió actuar al Benja.

Brasil salió derrotado. La hija de Pelé juró vengarse y recargó sus energías con un sonajero mágico que le vendió un vendedor ambulante de nombre Joseph. El Benja había quedado muy debilitado por el esfuerzo de la lucha del día anterior y, por su corta edad, no tuvo la más mínima chance: se dejó embrujar por el juguete maldito. 0-4. A nosotros también se nos acabó la joda.

A no desesperar, tenemos tiempo de prepararnos para la próxima. Pero ojo que la hija de Pelé juega de local y eso puede ser un arma de doble filo.

Después del partido, un cajero del Coto me dejó pasar gratarola un pack de cervezas. Me las bebí todas, así, al natural. A puro eructo me vi el velorio de TyC del fin de semana.

Hay una oportunidad única de derrotar a la hija de Pelé. Si logramos que Messi engendre un varoncito con Dalma, la dupla con el Benja va a ser imbatible en el mundial del 2030.

Paciencia, como aconsejó desde su triste exilio Antonio Di Benedetto (no confundir con el partenaire de Tití Fernández).

viernes, 2 de julio de 2010

Di Benedetto, los mundiales y yo

por Mariano Fiszman

Un lunes de junio de 1986, el día después que ganamos la final del Mundial contra Alemania, yo viajaba parado en un colectivo lleno releyendo la crónica del partido cuando algo me hizo correr hasta la puerta y saltar de repente.
El diario era LA RAZÓN, ya de un tamaño normal, no tipo sábana, pero igual se me hacía difícil leerlo sin perder el equilibrio en ese colectivo 100 que aceleraba por Cerrito mientras sostenía en la otra mano un maletín negro y duro donde llevaba papeles, plata, cheques, boletos, talonarios, etcétera, y con el meñique y el anular de esa mano enganchados a su vez en un pedacito curvo de caño. Yo: 21 años, cadete, quince o veinte viajes por día de una punta a la otra de Buenos Aires guardando todos los boletos como comprobante, comiendo platos del día en fondas de Flores o Villa Zagala también con comprobante, y en busca de un bar viejo vacío en Versalles o Pompeya o Retiro para sentarme al final de la tarde, pedir un café, abrir el maletín y sacar el libro que se asfixiaba adentro. Y adentro de esas cincuenta horas semanales cadeteando, yo: cara de nene flaco y alto, rulitos, una novia con la que no podía coger y muchas fantasías, demasiadas. Fantaseaba, entre otras cosas, con ser escritor. Leía, miraba el mundo por las ventanillas de los colectivos, a veces me quedaba dormido con el maletín entre las piernas.
Esa tarde fría y de sol, en el 100, cuando levanté la vista de las fotos del diario que hacía horas que no podía parar de mirar, Cerrito ya se había convertido en Lima, y en el cruce con Belgrano, parado en la vereda esperando el semáforo, estaba Antonio Di Benedetto. Lo reconocí por su foto en los diarios y en la contratapa de una edición de Zama que había en la biblioteca de mis viejos. No conocía otros libros escritos por él, sólo la historia de su sufrimiento que los diarios habían contado como un cuentito rosa, o verde, o negro, del color que se usara esa temporada, antes de volver a colgarlo en el desván. Entonces hice algo repentino, algo que todavía me sorprende. Me abrí paso entre la gente, bajé, crucé Belgrano corriendo antes que los autos y me acerqué a Di Benedetto. Él tenía unos sesenta años (sesenta y tres, calculo ahora), el pelo corto y blanco y la barba blanca. Era petiso y magro. Usaba un traje azul recto, camisa blanca y corbata negra, sin chaleco ni pulóver, y esos anteojos de marco grueso de sus fotos. La piel del traje era fina y brillosa, con rayitas. La tela del cuello de la camisa raída en las puntas. Supongo que le dije que había leído Zama y de alguna forma le transmití mi admiración, mi entusiasmo. Él me escuchó con la misma amabilidad en la sonrisa y en la mirada. Tenía voz y modales suaves, una elegancia enorme y sutil, como la de su escritura. Tuvo la delicadeza de preguntarme cómo me llamaba y si escribía. Al final nos dimos la mano, él cruzó la 9 de Julio y yo Belgrano, cada uno siguió su camino. En total fueron sólo dos o tres cambios de semáforo.
Di Benedetto murió en silencio cuatro meses después. Pasó tiempo, seis Mundiales hasta éste. Yo fui leyendo sus libros, cada vez los valoro más. No volvimos a salir campeones. Ahora todos los bares tienen tele.
Ayer tenía que ir al centro a hacer trámites y salí de mi casa pensando en comprarle un libro de Di Benedetto a un amigo que cumple años el sábado, Los suicidas o El silenciero. Era un día muy parecido a aquel, frío y de sol, y otra vez Argentina contra Alemania, otra vez la ilusión que es Maradona en todos los kioscos de diarios. Caminaba de un trámite a otro cuando me encontré de nuevo en Belgrano y 9 de Julio. Me quedé un rato parado en el mismo lugar, mirando alrededor atentamente, recuperando los detalles de aquella escena. La calle casi no cambió. En una mesa del bar de la esquina, Chiche Sosa miraba el partido de Paraguay contra Japón con el cuello estirado y los ojos muy abiertos, como si la tele, desde su estante alto, le succionara la cabeza.
Terminé mis trámites (ir a una editorial por trabajo, registrar un libro nuevo, presentarlo a un concurso) y entré a otro bar, el de Belgrano y Perú. En una mesa del fondo, con los ojos fijos en la pantalla, estaba un escritor que conozco, uno más, como yo. No nos saludamos. Me senté un par de mesas adelante, pedí café y empecé a escribir mientras miraba el final del partido.

Héctor Enrique: "Igual que en el potrero"

MEXICO (Enviados especiales). - "Cuando me pusieron la medalla en el pecho, se me erizó la piel"... Los ojos saltones, el cabello renegrido y mojado, la sonrisa habitual. Alguien le dice que jugando al fútbol es un atrevido. "No, yo juego como lo siento..., siempre igual, por más que el partido sea trascendente y en el estadio haya más de cien mil personas. Lo importante es respetar lo que uno trae desde el potrero"...

Un campeón

Es Héctor Adolfo Enrique, un campeón del mundo. Uno de los silenciosos que subió a la cúspide. En este sector del camarín, repleto camarín, más tranquilo, recordando cada momento de la gloriosa tarde, sigue contando.

"Pensar que hace tres meses yo ni me imaginaba que iba a jugar en la Selección. Y ahora estoy aquí, festejando el título... Por eso, cuando terminó el partido corrí enseguida a abrazar a Carlos (por Bilardo) y le agradecí la confianza que había depositado en mí. Quizá cuando nadie había reparado en mis condiciones o muchos no creían que podía participar en un Mundial".

"Más allá del campeonato, que obviamente es lo más grande que me ocurrió en mi vida futbolística, estoy conforme con mi rendimiento. Fundamentalmente porque no defraudé a los que me apoyaron. Eso me hace sentir muy feliz."

"En ningún momento pensé que podíamos perder el partido, pese al empate circunstancial de los alemanes. Nos descuidamos en dos centros y ellos llegaron a un 2-2 que nadie podía creer. Fijate que en todo el encuentro fuimos superiores y que merecimos haber ganado con mayor holgura. Alemania solamente se dedicó a tirar ollazos. De todos modos, soportamos bien ese impacto y enseguida volvimos a pasar al frente. El campeonato no se nos iba a escapar"...


Tipeado para Un golazo del Clarín del 30 de junio de 1986.

miércoles, 30 de junio de 2010

lunes, 28 de junio de 2010

El ser nacional maradoniano

En el año ‘87 aprovechamos con mi mujer la luna de miel para viajar a Italia, donde vivía mi cuñada. Queríamos ver qué posibilidades teníamos de establecernos allá.

Yo estaba muy deprimido con las cosas que estaban sucediendo acá, con Alfonsín y la ley de obediencia debida y del punto final, de las que ya se estaba hablando; con el plan Austral que entraba en picada; con los reclamos sociales (justificados) de la gente que no tenía tiempo para esperar; y con el peronismo y sus paros que tampoco le daban aire a una democracia temblorosa. Me rodeaba una atmósfera de frustración y un profundo enojo no paraba de crecer dentro mío. Me quería ir al carajo.

En Milán, la nieve y la lluvia no nos abandonaban en todo el día y a las cuatro de la tarde se hacía noche cerrada. Pronosticaban la navidad más fría del siglo y caminar por la ciudad vieja nos obligaba a tomar algo reparador cada tanto, un café, una grapa o las dos cosas.

El bar era largo y angosto, tenía una antigua barra con mostrador de mármol y unos taburetes altos para nada cómodos que invitaban a hacer corta la visita. La pared del fondo del local estaba decorada con un poster gigante del equipo de Milán campeón de la Eurocopa 1980. La pared opuesta a la barra estaba tapizada con una bandera roja y negra que la cubría de punta a punta y de techo a piso. Sobre la bandera se amontonaban infinidad de camisetas y retratos de jugadores del Milan AC de todas las épocas y una casaca de “la squadra azzurra”, enmarcada tras un vidrio, que a la distancia parecía estar firmada por varios jugadores.

Mirando de frente a la barra, en el lugar más destacado del local, había un poster tamaño natural del Diego con la camiseta del Nápoli. Si hubiera sido una iglesia, diría que estaba ubicado sobre el altar mayor, iluminando a un joven Cristo de rulos rodeado de todo ese fanatismo rossonero.

El hombre mayor que atendía y aparentaba ser el dueño, hablaba animadamente con algunos parroquianos en un milanés bastante cerrado, imposible de seguir. Hicimos nuestro pedido y, como era de rigor, con la buena predisposición italiana (o curiosidad), nos preguntó de donde éramos.

¡Para qué!

"Argentina, Argentina, Maradona, il massimo idolo, è sacro come un dio. Noi adoriamo a Maradona, come a San Gennaro… Benedetto, Diego…”. El hombre casi lloraba de la emoción.

No lo podíamos creer. Era como estar en un bar en la esquina de la cancha de Boca y que me dijeran que el Beto Alonso era más que San Martín o algo así.

Terminamos el café y salimos al frío europeo. Mi sensación era contradictoria. Me había ido del país porque no me sentía parte, me parecía que iba a contramano de todos mis compatriotas, que no quería pertenecer a este lugar, a esta gente.

Sin embargo, cuando salí de aquel bar, sentí en el pecho que un argentino había podido hacer algo imposible. Que yo había nacido tres días después que él y vivía cerca del barrio donde había jugado de chico. Y que por más que yo quisiera, nunca iba a poder romper los lazos con mi propia historia.

El Messi argentino

Mientras tanto, en una dimensión paralela a la nuestra, River Plate decide ayudar a Messi en su tratamiento por problemas de crecimiento. Pero el resultado no es el que todos esperaban...

sábado, 26 de junio de 2010

viernes, 25 de junio de 2010

La hija de Pelé 2

Se van angostando los caminos y la influencia de la hija de Pelé se va haciendo cada vez más notable. Dicen que es un demonio inmensamente bello, colmada de una sensualidad tal que es capaz de hacer vibrar a la Jabulani en el aire. A veces habla y su rumor se mezcla entre el ulular de las vuvuzelas… Brasil, Brasil, Brasil…

La llave de Argentina viene con México, Alemania, Inglaterra, Paraguay, Japón, España o Chile (se van a eliminar entre ellos) y casi seguro Portugal. Mortal!!!
La llave de Brasil: Uruguay, Corea del Sur, EE.UU, Ghana, Eslovaquia, Holanda y probablemente Suiza. Parece otra cosa. No digo fácil, pero sí menos complicada.*

El diablo metió la cola.

Minutos después del último partido de Argentina, llamé a la Caja y conseguí una rebaja de $100 en el seguro del auto. Hay que aprovechar el momento.

La hija de Pelé no perdona.

De nada sirve estar atento.


*Nota: Esta entrada es anterior a la definición del último grupo, porque en casa me quedé sin ARNÉ y quería meter esto hoy sí o sí.

miércoles, 23 de junio de 2010

Entrevista a Fernando Signorini, preparador físico de Argentina

Publicada en El País de España.  Les copio un extracto:

"He hablado con muchos de los más emblemáticos de la selección argentina y llegamos a la conclusión de que, con su experiencia, y con la ayuda de un buen médico para casos muy puntuales, cualquiera de ellos sería capaz de entrenarse solos. "¿Entonces para qué es importante el preparador?", les pregunté. Y uno alzó sus dos manos entrelazando los dedos. Para tratar de que el grupo funcione de la mejor manera. Fundamentalmente con una fuerza que no se logra en el gimnasio y que es la fuerza más poderosa que acompaña al ser humano: la fuerza del afecto. Siempre les digo que para poder ayudarlos los tengo que conocerlos. Salvo que seas Gandhi, es muy difícil ayudar a quien no conoces. Y sobre todo, además de conocerlos los tengo que querer porque a una persona querida se la puede ayudar mucho mejor. Para eso uno tiene que tener la capacidad de poder llegarles de una manera tal que ellos puedan sentir afecto y hacer de ese afecto una especie de cobertura que nos ayude a todos a conseguir un título deportivo, y punto."

Y acá va el enlace: http://www.elpais.com/articulo/deportes/Messi/misterio/elpepidep/20100610elpepidep_7/Tes 

Mundiales

Algún comunista dijo que la religión era el opio de los pueblos....

Algún filósofo moderno dijo que la televisión inutiliza la mente de las personas...

Disculpen mi escepticismo. El mundial es la droga moderna, plena de sentimientos nacionalistas, machistas, patrióticos, de himnos nacionales, que genera amnesia y distracción. Es tan pero tan fuerte que hasta creemos ser felices.

sábado, 19 de junio de 2010

La hija de Pelé

Nació en una fría noche de invierno en el Morumbí, hace 24 años. Su padre fue a sentarse solo en una platea del estadio vacío. No quería ver la final por tele. Algo pasó, hizo un trato y nació su hija. Al mismo tiempo, en el estadio Azteca Diego levantaba la copa y la besaba.


La hija de Pelé está en Sudáfrica. Eso está a la vista. Se lesionan Pirlo, Suazo, Ferdinand, Essien, Diarra, Beckham, Drogba, Ballack, Owen, Adler, Robben, Bosingwa, Cabañas.


Brujería. Magia negra. ¿Me siguen?


España perdió con Suiza; Francia con México; Alemania con Serbia; Inglaterra empató magramente con Argelia; Eslovenia y Eslovaquia son el mismo país con distinto nombre, los van a descalificar.


Para disimular nos ilusionan. Todos los nuestros ganan. Parece que se ve a toda Sudamérica en la final. Pero la hija de Pelé va a poner lo suyo llegado el momento.


Se murió Saramago a los 87 años en una isla llamada Lanzarote.


Todo encaja. No cabe otra.

miércoles, 16 de junio de 2010

Sueños mundialistas III

Desde el fondo de la defensa argentina, alguien metía un pelotazo largo, de esos que atraviesan toda la cancha. La jabulani no caía nunca. El que corría como un loco para tratar de pellizcarla era Clemente Rodríguez. Cerca del área rival, la pelota picaba y cuando el arquero saltaba para agarrarla, Clemente con su pelada lustrosa la tocaba por encima del arquero. Gol, gol argentino.

Estoy esperando que llegue el partido donde ver este contraataque perfecto.

martes, 15 de junio de 2010

Sueños mundialistas II

Fer, yo antes del mundial pasado soñé que estaba en un entrenamiento de la selección en Ezeiza.
Estábamos parados en fila en un pasillo largo que al final tenía un arco. A la altura de la mitad del pasilo estaba Pekerman vestido con el equipo de gimnasia oficial. Él tiraba una pelota, la soltaba con las dos manos despacito dejándola ahí adelante y había que pegarle al arco. Yo pensaba ésto es una boludez. Van pateando todos los jugadores por turno. Adelante mío está Saviola. Patea. Me toca. Pekerman me tira la pelota pero es un pollo. Un pollo crudo sin cortar. Yo le doy con todo, el pollo da tres o cuatro vueltas débiles sobre su eje y queda ahí nomás.
Fin del sueño.

Sueños mundialistas

El otro día soñé con Bielsa. Teníamos una charla de fútbol. Él me contaba cómo le gustaba que sus equipos tuvieran la pelota diez minutos y presionaran cinco. "Ahogar al rival, todos marcando, y después tenerla, siempre yendo para adelante".
"Marcelo," le decía yo, "todo bien con tu planteo y el trabajo en la semana, pero a mí me gustan los tipos que rompen esquemas. Ser técnico también es darse cuenta de quién se levantó mal y quién está para comerse la cancha".
El Loco me aseguraba que con su sistema bien aceitado podía cambiar nombres y la propuesta funcionaba igual. Pero no me convencía. "Tevez agarra la pelota, atropella a los defensores, la clava en la red y a la mierda el sistema", le apuntaba. En realidad yo quería soñar con Maradona.

Durante las eliminatorias soñé dos veces. Una mirábamos juntos un partido de la selección (él estaba suspendido) con la compañía de Bilardo. "Me pongo muy nervioso," decía el Narigón y se pasaba el partido caminando por el cuarto. Diego tirado en un sillón: saltaba en las jugadas de peligro y volvía a echarse. Al final ganábamos uno a cero y nos abrazábamos muy emocionados. "No se puede sufrir tanto," se quejaba Bilardo. Después nos íbamos en un colectivo escolar con mi hermano Lalo; Diego manejaba y nos dejaba cerca de la casa de mis viejos.

La otra El Diez venía de visita a la casa de mis padres. Mi mamá no estaba muy convencida y la preocupaba que viniera mi viejo, que directamente no se lo banca. Para colmo el gordo no paraba de bardear. Opinaba de todo -la casa, el país, cómo educar a los hijos- y mi vieja lo miraba callada, se nota que por no ponerse a discutir. Después Diego tomaba agua de una jarra, se volcaba y se mojaba toda la chomba. "Dejá que yo limpio," le decía a mi vieja. En un momento yo le proponía que fuéramos a dar una vuelta: yo estaba contento pero no muy cómodo; él no, se sentía como en su casa. Y bueno, así son los amigos, ¿no?

viernes, 11 de junio de 2010

miércoles, 9 de junio de 2010

El Ángel

por Mariano Fiszman

Entre los 23 nuestros hay un jugador que, más allá de valoraciones más amplias, es un fenómeno, quiero que le vaya bien y creo que la va a romper ahora y en todo lo que juegue: Ángel di María. Qué nombre para jugar en un equipo que le debe mucho a la mano de Dios. Di María: muy flaquito, potrero, zurda, crack, ojos brillantes, velocidad, napia, caños, tacos, rebonas, ayudar al tres, la cortada de Messi lo deja mano a mano, para de pecho el pase largo de Verón, cómo cobra, algo de Ardiles y algo de Discépolo, mucho gol de emboquillada, chutazo y tres dedos.
No sé si ustedes tienen un jugador del que, además de admirar cómo juega, se sienten amigos, festejan más sus aciertos y entienden sus errores, sienten que lo quieren en definitiva, y lo defienden de las puteadas como si fuera el sobrino o el hermano de ustedes.
Este mundial, ese amigo querido para mí es Di María.

martes, 8 de junio de 2010

Panini

Por Laurent Jacobi, desde Francia

No termino mi álbum Panini.
Me falto 55 laminas.
Pero tengo ya algunas reflexiones importan
tísimas.

-Zakumi (official mascot) no es fea. Pero lo difícil es definir su identidad : un tigre verde, un nene, una banana, un alíen simpático o un mezclo de todo.

-Un facto. Panini no es una empresa caritativa y no conoce la crisis. O solo del lado de la inflación: 637 cromos por álbum. Calcular el precio real parece imposible. Porque los famosos dobles, cromos raros, leyendas urbanas y porque sobretodo seria el camino de clausura de la infancia. Los primos pasos hasta la depresión.

-Por primera vez, todos las conjuntas tienen dos paginas (incluso Corea del norte, Nueva Zelandia y Honduras). Es la fin de 4 cabezas africa
nas valen una brasileña.

-Uruguay (como siempre) domina la competición del pelo largo. Accésit por Japón y Serbia.

-Grecia es un país en ruinas. La cuchilla de afeitar se volvió un producto de lujo. Resultado : barba reglamentaria de tres días.

-Los holandeses no van coger frío. Todos tienen l
as remeras cerradas hasta la barbilla.

-Argentina (el Diez) no gusta Panini. Mandó una lista falsa con Zanetti, Gago y Cambiasso.


-Eslovaquia conquista la recompensa “no quiero te cruzar una noche sin luna en un calle vacía”.

-Danmark gana el premio “estoy feliz, tengo dientes blancas y el fotógrafo said whisky”.

-Soy seguro que hay muchas errores en la composición de Corea del Sur.

-14 argelinos sobre 18 son nacidos en Francia. Falto solo un pequeño detalle que se llama Zinedine Zidane.
-Entendí al final porque los portugalés (y los brasileños) tienen todos un apodo. Pepe es mas fácil que Kepler Laveran Liman Ferreira.

-Los españoles (excepto Carles Puyol) van cenar a la mesa de mi tía.

-Los coreanos del norte son gordos. ¿Propaganda?

-El grafista de la Francia descubrí photoshop. Los jugadores parecen santos (o suplicios) con una extraña luz a la redonda de sus cuerpos.

-Premio por emblema poética : Eslovenia (montanas y círculos verdes). Premio por emblema complicada : España (o como hacer un país con 4 idiomas, un rey, la boda gay y 50 anos de dictatura). Premio por emblema sin imaginación : Inglaterra (una red cross y nada mas).

-8 países tienen un animal como tótem. Mexico (¿águila?); Francia (gallo), Nigeria (pájaro local), Corea del sur (Tigre blanco y azul), Alemania (águila), Hollanda (león naranja), Japón (¿cuervo triste?) y Costa de Marfil (el famoso elefante). Que lastima que Argelia no puso su mascota porque no sé como es un “fennec”.

-Los jugadores australianos parecen de Nueva Zelandia.

-Cuauthemoc Blanco es La valor segura. Cuando será jubilado, quizás mi colección no tendría mas sentido.

sábado, 5 de junio de 2010

Claridad

Esto es de la página sentimientobohemio.com.ar

AÑO X - NÚMERO 343 / Lunes 31 de mayo de 2010

ENRIQUE MARTIN, DE MEMORIA
De ascensos y descensos
POR ENRIQUE MARTIN


Una escena de los '80.

Se fue Chacarita y llegó All Boys ¿Nos toca en algo? Bueno, sin querer competir con la interesante nota aparecida en SB la semana anterior, se me ocurren algunas cositas para compartir con los lectores. En principio, reiterar por enésima vez que el único rival clásico de Atlanta es Chacarita, que es y será Chacarita, inclusive porque ellos también lo siente así. Lo de All Boys es un invento de la modernosa enemistad de pibes, que si conocieran la historia no le darían ni cinco de bola a los de Monte Castro (que de ese barrio son y no de Floresta). Atlanta jugó 45 temporadas en primera división y All Boys apenas 8, con la salvedad que hubiesen sido una o dos, con suerte, dado que en aquella década del 70 se suspendieron los descensos. Cuando los reinstauraron, All Boys marchó.

Otra cosa. He leído por ahí que All Boys se reclama clásico de Nueva Chicago, y eso es cierto, porque los dos animaron cien años la vieja Primera B. Suena ridículo que los de Mataderos pretendan ser el clásico de Vélez, como suena más ridículo aun que los de Vélez se erijan en el supuesto clásico de San Lorenzo. Son boludeces. Pendejadas. La historia está escrita. San Lorenzo con Huracán, Vélez con Ferro (mal que les pese), All Boys con Chicago y Atlanta con Chacarita. Ah, y Platense con Tigre. Y Argentinos que se arregle, pese a su digna consagración.

Ahora bien. Chaca se fue y All Boys volvió después de 30 años. Esto es otra cosa. No, para envidiar, sino para tomar nota. Lo de Chacarita era previsible. Llegaron como pudieron, apostaron a los mismos jugadores; la cancha no está terminada, cambiaron cuatro técnicos y terminaron todos peleados. Un desastre coronado con la vuelta a la B Nacional. Bienvenidos.

El caso de All Boys es diferente. Y aunque se enojen los bohemios, y se enoje Korz y quien quiera enojarse, este club hace rato que hace las cosas bien. Despacito construyó su estadio de cemento, bien cerradito, bien hecho, bien pensado. Tiene iluminación y capacidad para jugar en primera. Suman socios y los socios y los hinchas (igual que los de Atlanta, ponen y ponen; en esto estamos iguales). Ellos tienen un espíritu barrial que nos supera, por aquello que el Villa Crespo cosmopolita se diluyó en la nada. El barrio está perdiendo identidad, y Atlanta hace rato que perdió hinchas en el barrio. All Boys no. Hay mancomunidad. Y es notoria. En Atlanta no es así.

Tampoco es igual el manejo del fútbol (la manija del asunto). All Boys hace rato que piensa en grande. El día que volvió a la B Nacional, su presidente anunció (lo recuerdo) que en un año estarían en primera. Le pifió por poquito. Pero siguió en la misma línea. Plantel de calidad, algo caro pero eficaz, un técnico de la casa (jugador de lujo en el ascenso 72), al que bancaron cuando perdió cinco al hilo, economía saneada. Y nada de convertirse en sucursal de nadie. Es decir, si el fútbol es el que nos da de comer (por la TV, se entiende) apuntemos hacia allí nuestros cañones. En Primera el dinero se recontramultiplica. Y Korz lo sabe. También debería tomar nota de quienes hacen las cosas bien en esta materia, que es su asignatura pendiente. Esta conducción de Atlanta ha aprobado largamente en decencia, laboriosidad y amor por los colores. Nada que objetar por ese lado. Pero en el fútbol no. No funciona. Somos chicos sin ideas.
Busquemos entre nosotros. Propongo nuevamente a Mario Szerman y a quienes él considere mejor dotados para la tarea. Entremos en el siglo XXI del fútbol. Tendremos la sede terminada en un tiempo cercano. Y vale. Tenemos un par de tribunas. Y vale, aunque hay que seguir metiendo cemento. Nos falta el salto de calidad futbolero. Y aquí no alcanza con honestidad y buenas intenciones. Hay que saber. Que vengan los que saben. O que se preparen para saber. Que pasen bien.


Enrique Martín



Enrique Martín tiene 57 años y vive en el barrio de Balvanera. Es periodista, escritor y autor de la novela Bohemios.

domingo, 30 de mayo de 2010

Vamos, Kun Agüero



El Kun grabó este tema con Los Leales. Como para cebarse, a 12 días del debut.

domingo, 16 de mayo de 2010

Al rojo vivo

por Mariano Fiszman

En caliente, con los jugadores de Argentinos colgándose la medalla milagrosa.

El Bicho de la Paternal es de nuevo campeón y yo lo celebro.

Argentinos siempre estuvo cerca. De Villa Pueyrredón, cuando yo era chico y viajaba hasta la cancha tomándome el 156 que ya no existe más en la calle Artigas. O ahora, de Villa Crespo, y después de muchos años de trabajar en Añasco y Seguí con la pared pintada de blanco y rojo.

La casa de Diego, de Borghi, de Redondo y de Riquelme.

Como me gusta el fútbol más que las camisetas, en el 84, 85, 86 lo vi mucho en los tablones de Ferro, en la cabecera de River la noche que le ganaron la final a Velez 2 a 1, o en nuestra cancha, la de Atlanta, el domingo que volvió de perder por penales con Juventus, fue 1-2 contra San Lorenzo, los dos de Perazzo. Eso cuando tenían equipo pero no cancha.

Y antes, en Boyacá y Juan Agustín García, como les gusta decir a los relatores, me acuerdo de otro partido también contra San Lorenzo, 3-2 el Ciclón, que perdía 2-1, empató con una chilena del gringo Scotta desde la línea del área grande que él dice que fue su mejor gol, y hizo varios, y el tercero no lo vi, lo escuché en la vereda porque mi viejo nos hacía irnos un par de minutos antes para evitar problemas.

Pienso en mi tío Alberto, que era del Bicho, en sus Citroens, en su casa de la calle Magariño Cervantes, y en la vez que me llevó a ver Argentina-Resto del Mundo, esa misma cabecera de River, pero mucho antes, 1979, gol de Diego a Leao al segundo palo con mucha comba.

Los recuerdos de fútbol, las charlas de fútbol con los amigos, son así, una cosa trae la otra.

Bravo por Borghi, discreto, tranquilo, vapuleado en Independiente, que juntó una banda de vapuleados y los hizo jugar bien y ganar. Sosa, no lo quieren en Avellaneda, venga. Coria, Velez no lo tiene en cuenta, venga. Caldera, maestro!, se le atravesó a Verón, no abandone todavía. Oberman, devuelto con asco por River, venga. Y ya que es un delantero que no hace goles, juege de volante, por las dos puntas. Dominguez, Gentiletti, Pavlovich, Raymonda, proletarios del fútbol, uníos. Y pongan ganas de ganar.

El motor de este Argentinos está en ese monstruo de dos cabezas que domina el fútbol actual, el doble cinco. Estudiantes, con Braña y Verón lo demostró en América, mejor acompañados, claro, pero el mejor doble 5 de Argentina desde hace un par de años es el de Monsieur Mercier y el anal Ortigoza. Y ya era así con Gorosito, que antes que le ataran las manos en River había pedido a Mercier. Dos laburantes de lujo. No es casual que los dos vayan a Sudáfrica, y me alegro por nosotros que Diego en un acierto lleve al pelado, único reemplazo para Mascherano de la lista, y que hoy, además, hizo el gol que los demás no hacían. Y lo festejó trepándose al alambrado, no sacándose la camiseta ni con una coreo.

Algunos dirán que como hincha de Atlanta no puedo festejar con mis vecinos. Quieren que seamos como los Pequeños propietarios de Arlt, que nos alegre la desgracia del de al lado. Hoy a mí me alegra su alegría. No es que quiera apropiármela, pero no me como la barrabravización del fútbol, la transformación de todos los que andan cerca en enemigos.

Que brillen las luces de Juan B. Justo, de Donato Álvarez y de Avenida San Martín.

Que corra la birra en La nueva andaluza y chorree la fugazzetta en Torino.

Campeones, disfrutenló.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Los 30 del 10


Si todo va bien, 23 de estos tipos van a ir a Sudáfrica a buscar la Copa del Mundo. Los que no están, ya fueron. Y las sorpresas sorprenden. Elegir 23 se hace largo: ¿a cuáles siete no llevarían?


Arqueros

Sergio Romero (AZ Alkmaar, Holanda)
Mariano Andújar (Catania, Italia)
Diego Pozo (Colón)


Defensores

Walter Samuel (Inter, Italia)
Martín Demichelis (Bayern Munich)
Nicolás Burdisso (Roma, Italia)
Gabriel Heinze (Olympique Marsella)
Nicolás Otamendi (Vélez)
Fabricio Coloccini (Newcastle, inglaterra)
Ariel Garcé (Colón)
Juan Insaurralde (Newell's)
Clemente Rodríguez (Estudiantes)


Mediocampistas

Javier Mascherano (Liverpool, Inglaterra)
Jonas Gutiérrez (Newcastle, Inglaterra)
Angel Di María (Benfica, Portugal)
Juan Sebastián Verón (Estudiantes)
Maximiliano Rodríguez (Liverpool, Inglaterra)
Juan Mercier (Argentinos Juniors)
José Sosa (Estudiantes)
Mario Bolatti (Fiorentina, Italia)
Javier Pastore (Palermo, Italia)
Jesús Dátolo (Olympiacos, Grecia)
Sebastián Blanco (Lanús)


Delanteros

Lionel Messi (Barcelona, España)
Gonzalo Higuaín (Real Madrid, España)
Carlos Tevez (Manchester City, Inglaterra)
Sergio Agüero (Atlético de Madrid, España)
Diego Milito (Inter, Italia)
Martín Palermo (Boca)
Ezequiel Lavezzi (Napoli, Italia)


domingo, 18 de abril de 2010

Angel Cappa: técnico de este River famélico

Fui a la cancha. 2-1 a Godoy Cruz puntero. River volvió a hacer un gol después de 530 minutos. Pero...



La propuesta de Cappa debería tender en los papeles a cumplir el objetivo básico. Dicho por él mismo: "Tenemos que pelear el campeonato para salvarnos del descenso. Debemos mirar para arriba”. Cappa es el ícono representativo del paladar del hincha más exigente. Es el superhéroe del fútbol: tiene ángel y tiene capa y vino a salvarnos de la mano del buen fútbol y esas puteadas profundas.


Pero lo tengo que decir… tengo el corazón partido.

Jugar bien es el camino más corto para ganar. Dicen que es sabido eso. Blanqueémoslo: en este momento, me parece una frase naif que se acepta como una hipocresía generalizada. A mí no me lo venden.

Lo veo a Cappa renunciando en octubre, porque no le trajeron lo que él pidió, porque los que se quedaron no sirven para lo que él necesita, etc.

Tengo el corazón partido. Hay momentos en que las papas queman (y en este momento en River las papas ya están calientes, el menos) y hoy hay que ganar como sea. “Jogo bonito”, sí, muy lindo, pero no me importa. Hay que salir de la posición incómoda, dar la espalda a la tabla que divide por tres.

El Huracán de Cappa se conformó con ser un buen equipo que no logró su objetivo. Apenas un vientito suave y agradable que tiene su página en Facebook.

Salió segundo. Sí, es verdad. Jugando lindo, Sí, todo bien.

Al Huracán de Cappa le faltó la espada y le falló el corazón justamente en el último partido.


Cappa, en el mejor de los casos, tratará que Funes Mori sea Pastore, Ahumada sea Bolatti, Mauro Díaz sea Defederico… No me lo creo, ni en cien partidos. Necesitamos otra cosa. Que resucite el búfalo Funes, quiero un Ruggeri, un tano Gutierrez, al negro Enrique, Astrada y Hernán Díaz, el chapa Zapata (el otro, no el que juega en Vélez), Passarella, Merlo, Enzo, por Dios!!!

- ¡Ah! Con hinchas como vos, ¿qué querés?
- Le pongo las pilas que tengo, le pongo aliento, pago la cuota todos los meses, fui a votar, voy a la cancha y espero equivocarme, pero no como vidrio. Tengo el entusiasmo cansado y el corazón partido entre la esperanza y la realidad.

Cierro con algunas coincidencias tiradas de los pelos, como para buscar aire donde sea:

Cappa es…
Ángel como Labruna,
como la bruja Berti,
como Juan Pablo,
como Comizzo,
como Ramón.

miércoles, 14 de abril de 2010

miércoles, 17 de marzo de 2010

jueves, 4 de marzo de 2010

Humano, demasiado humano


Recorte del diario La razon de Mexico, del 1 de marzo.
La editorial Tusquets ya esta usando este fragmento como anticipo del libro del poeta y tecnico rosarino, Las defensas abiertas de America Latina, a publicarse despues del mundial.
Incluye treinta y tres haikus (la misma cantidad de zonas en las que divide la cancha en los entrenamientos) sobre nuestra eliminacion del mundial de Japon, y una Oda de amor-odio a Fontanarrosa.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Alemania 0 - Argentina 1

Primer tiempo

(Antes que nada, agradezco que el comisario Fabbri no comente este partido. En base al manejo de datos y estadísticas al pedo, se ganó un consenso de hombre serio, pero si uno escucha sus comentarios, no hay uno que sea positivo: como los de una vieja chusma, todos se paran en la protesta, la denuncia o el juicio. Siempre busca un culpable, hasta para las cosas buenas. )

Los himnos. Las formaciones. Messi cada vez más hobbit, Jonás cada vez más Mortensen.

Maradona es blanco o negro, buda a la manera argentina. Esa túnica negra, mezcla de cubrecama y frazada, le da una apariencia divina (contrasta con la campera firme del DT alemán). Atrás suyo, el Negro Enrique, a quien se le nota en la mirada una mutación lenta hacia su hermano El Loco.

El partido aburre y no se cambia de canal. Por suerte, Zanetti sólo aparece en la propaganda de zapatillas: la vida te entrena.

Las jugadas se desarman cerca del área grande. No nos llegan con peligro. Romero es seguro y tiene un cañón en el pie. Verón, el candado de los 90.

Estas remeras nuevas de neoprén hacen a los nuestros más corpulentos. Sospecho que seremos un equipo aburrido de ver hasta que nos animemos a tocar.

Buenas noticias: tras las eliminatorias, Mascherano vuelve a dar pases buenos. Cuando la toque de espaldas al arco argentino, la va a romper.

Jonás es todo.

Quesito Adler, el arquero alemán, y el travesaño tapan un jugadón de Ángel Di María quien impulsado por sus orejas-alas se saca de encima a tres alemanes y le pega. A los 45, pase del susodicho por arriba de los centrales, Higuaín la corre, se la pellizca al arquero y con el arco vacío la mete. ¡Goool! ¡Gol! Bien por el pichichi.

Segundo tiempo

Heinze se lesiona, privándonos de verlo correr más cerca de nosotros, en la pantalla. Entra Clemente, suma su bocha a la de Verón, que le pega de lejos y se va por arriba.

Es asombroso cómo cambió el discurso de Walter Nelson con la Selección. Antes éramos una bosta, hoy somos todo ilusión. Pide modificaciones, le nombra jugadores argentinos que están en el banco al comentarista. Rodríguez -que así se llama- confiesa exaltado: "Mientras más me pedís, más me gusta".

Da la sensación de que salimos a hacer tiempo. La pelota va hacia Maradona y Diego la sostiene en el empeine unos segundos. La jugada vale una repetición para la tele alemana. ¿Puede un técnico proponerse como cambio? ¿Veremos jugar aunque sea unos minutos a Maradona en Sudáfrica?

Romero le pega un viandazo a la tribuna y en el ataque Alemania tiene menos fuerza de convicción que River. Es de celebrar la propuesta multicultural del equipo: un técnico dark y en el campo Cacau, un ex brasilero que la mueve.

Una premonición: sufriremos mucho los segundos tiempos en el Mundial.

¿Con qué material está hecho el pelo de Tévez?

Después de un foul que Cacau le hace a Mascherano, Maradona lo apura: "¿Qué le pasa? Eh, Cacau, eh."

Di María es el habilidoso del equipo. Jonás pone el cuerpo, entusiasma.

Se escucha: "Olé olé olé Diegó Diegó". Eso tiene Maradona: se expone. Podría vivir eternamente de lo hecho en el 86 y el 90, pero no: el tipo va por más. Desde otro lado. Esta semana habló de "nuevos héroes" y cómo olvidar Héroes, la película inglesa que protagonizó hace 23 años.

Lo agarran a Mascherano a la salida. Deja estas dos frases: "en el segundo tiempo quizás inconscientemente nos metimos atrás" y "¿Quién no quiere llegar a lo más alto? Pero es difícil".

viernes, 19 de febrero de 2010

Fútbol bloguero

1

Me gustaría que este campeonato lo gane Colón. (También deseo –sin angustia– la recuperación con trofeo de River, aunque con Gallardo en cancha cuesta ilusionarse, tanto Passarella Astrada Ortega agota.) El Turco Mohamed es un técnico notable, tiene un estilo único: representa a los nocheros que pisaron fuerte los treinta y están ahí con su gel, sus mechones y su chalina para contarlo. Arma buenos equipos, parece tener buen corazón y declara lo que se le pasa por la cabeza en el momento. La cara de tótem del Bichi Fuertes es una invitación a la simpatía, su cuerpo de robocop indestructible y los goles que sigue metiendo. Maradona podría llevarlo al mundial si viera en él a otro San Palermo. El arquero se ataja todo y pocos tuvieron en los últimos años un sobrenombre tan infantil y tan poco acorde a su personalidad como Pirulo Rivarola. Otros que se lo merecen son los de Independiente y probablemente lo consigan. En plena pretemporada, leí una nota a Gallego donde decía: “Quiero un equipo tan agresivo que cuando esté saludando, ya vaya ganando 1 a 0”.

2

En las vacaciones tuve una revelación: Argentina va a salir campeón del mundo de fútbol en Sudáfrica 2010. Es evidente. Maradona tiene un plan genial que improvisa a cada momento. No puede fallar. Usa los medios para expresarse: lo pinchó a Riquelme para sacarlo del equipo; con “Mascherano + 10” nos avisó que iba a armar un equipo defensivo ­–o que Mascherano más Messi, o Mascherano más él–; así le dijo a la prensa lo que le dijo; así se pelea y se amiga con papá Bilardo. Es un astro en generar noticias y hacer lo que se le canta. Tiene un carisma único y busca generar una mística: la del 86 que se parece más a la del 90.

A propósito, y para cerrar, en la ausencia de mi hogar, un amigo me dejó todos sus Gráficos del 90* menos el de Brasil (que se lo regaló a un brazuca). Les leo los titulares de tapa del primer partido contra Camerún (1 a 0 abajo) y de la semifinal contra Italia (1 a 1, gol del Cani, pasamos por penales):

Sepa por qué fuimos un desastre

Heroico y sublimo triunfo contra Italia

3

El año pasado y este verano.

La porra de Pipo se aleja del banco River para dar lugar al rústico Jefe; el pelado Silva la mete y la mete con el carilindo James y Papelito: Banfield campeón; Basile dirige la mafia de Boca como puede mientra empieza a notarse que murió hace unos meses y que a Abbondacieri le cuesta resignarse al paso del tiempo (¿a quién no, Pato?); nos clasificamos, Maradona hizo quilombo y Diario Popular tituló: Chau, angustia. ¡Hola, Mundial! Y más abajo, en un recuadro: Diego se fue de Boca.

En mi calidad de infiltrado, aproveché las vacaciones en Brasil para comprarme el diario de fútbol de allá: Lance. A Dunga le dan con un caño: dicen que no respeta el estilo de fútbol brazuca, que es más defensivo que la mierda y quieren que llame a Ronaldinho y a Ronaldo. En otra hoja del diario, algunos jugadores del Flamengo (con Adriano a la cabeza) piden postergar una semifinal para vivir a pleno el Carnaval. Y Abreu, con tres goles en un partido, ya es ídolo en el Botafogo, le dicen Loco Abreu.

¡Qué lindo el gol del Keko Villalba en el 3 a 1 a Boca del verano!



* Recomiendo su lectura, sobre todo las entrevistas a Bilardo.



Alejandro Güerri

martes, 9 de febrero de 2010

Independiente las tres fechas

Bar Cervantes

El soplido de la máquina express tapa al relator.
El Café Guatemala es de Colombia y uno de los dos relojes está quieto. Este aguantadero del gaste y la tramoya refugia a los fugados de sus mujeres. La diversión es tirarse por la espalda los porotos del truco. Por la puerta pasa la vuelta del perro. Nos miran las familias que pasean perder el tiempo. El ruido seco al cerrarse la heladera nos despabila del embole del partido. Newells 0 - Independiente 0

Independiente 3 – Atlético Tucumán 1


Jueves 21:15. Hay que meterle pata al campeonato (y a la copa) antes que largue el Mundial.
En el bufet del Club Atlético Argentino de Firmat hay una tele gigante, cerca de la barra, lejos del comedor, y los cuatro hombres que ocupamos mesas tenemos hambre de fútbol. Vino tinto. Para comer espero a que llegue mi compañera. Las cámaras dejan ver las partes terminadas del Libertadores de América. Me contaron que está inhabilitado el “codo” para no socios, al lado de la visita (donde se paga sólo la popular), y que para hacerse socio hay lista de espera. Treintipico mil en la cancha y cuántos puntos frente a la tele. Al toque, nos ponemos en ventaja con gol de Néstor Silvera, merecidamente. Pero antes de que termine el primer tiempo, los tucumanos nos empatan. En el entretiempo pasan todos los goles de la fecha. A los pocos minutos del segundo llega Valeria, junto a otro gol del Cuqui, que mientras ella ata su bici convierte su tercero. Me digo que nos trae suerte. Pedimos una pizza. Se va el partido, y nosotros con la panza llena.


GOD 0 – IND 0


Lo vemos con Daniel en casa. Los números del Rojo pixelan: ¿influencia del fútbol virtual? No juega el importante Acevedo, convocado por el Diego para el amistoso con Jamaica: está de nuevo Herrón (que tiene en su carrera un gol de penal gracias a una broma y gentileza de sus compañeros). Arrancamos bien. Aparte de su chomba rojo Chávez, algo lindo del Tolo: los cambios de frente y los laterales con vocación de arco (Vela y Mareque, que juega de 3 y doble algo, porque aparece por todos lados). Tuzzio es sólido como una estatua con bronce de llaves fundidas, aunque hasta los grandes pueden equivocarse. Y Galeano viene creciendo. La defensa se la banca. El Cuqui viene de un triplete y confía en el universo: es el de mayor claridad y calma. Sin embargo, no logramos meter un gol. Suena el teléfono: Buenas noches. Esta es una breve encuesta de audiencia. Corto. ¿Fecha los lunes? Luchan por el círculo central los medios. El relator sugestiona a un defensor (Uy, Galeano, uy) y éste se equivoca. Y Gabarini, ¿fumó? El entretiempo nos puede hacer bien. A los 7’ del segundo nos merecemos ganar. El ingresado Gracián estrella una exquisitez contra el palo. En un arranque se gambeteó hasta al referí. El Tano puede ser un 10 del Diablo. Ojalá. Gandín (buen delantero y muchacho, que algún club interesado lo compre antes de que valga más) pesca un rebote de cabeza a la carrera y también le acierta al palo. ¿Le ganamos 0 a 0 de visitante al puntero? Por ahora invictos y jugando bastante bien.


martes, 19 de enero de 2010

Jugadores con apodo en femenino

por Fernando Aíta

El otro día charlando con Ale nos dimos cuenta de que muchos jugadores han tenido y tienen apodos femeninos. Acá va una lista de invocados que ojalá, amigos, puedan extender:

La Gata Fernández
La Bruja Verón
La Tota Fabbri
La Porota Barberón
La Anguila Gutiérrez
La Vieja Reinoso
La Chancha Rinaldi y La Chancha Mazzoni


Son dudosos los casos de femeninos que no llevan artículo:
Carucha Lagorio, y Carucha Muller
Pipa Higuaín
Patrulla Giménez

¿Se acuerdan de otros?