lunes, 20 de octubre de 2008

Tiempo de cambios

por Fenando Aíta

Hace una semana se fue Borghi de Independiente. Había llegado pregonando el juego bonito, el ir a buscar el arco rival, libertad para los creativos, arriesgar. Después de una campaña pobre, caracterizada por la mezquindad de sus planteos y sus cambios, y un juego desabrido, dio un paso al costado. Ojalá que en el futuro le vaya mejor y sea fiel a lo que se le escapa de los labios.
Este fin de semana dirigió Santoro (que ya tendría que haberse quedado como DT después de alguno de sus interinatos. Paréntesis: qué recibimiento el de la hichada de Central a Madelón, a quien los dirigentes echaron inexplicablemente después de salvarlos del descenso). Con los mismo jugadores (que ya conocía, aunque privilegió a pibes salidos de las inferiores: Calello, Caracoche, Fredes, Rodríguez y Ríos) y un esquema similar, Pepé logró cambiar la actitud: el equipo salió a presionar, atacó, metió y el Gordo Núñez metió dos golazos. (Colón descontó de penal).
Esta semana, después de no encontrarle la vuelta al juego y de que no se dieran los resultados, se fue El Coco (rumores igual que en Independiente: los jugadores están más preocupados por cogerse modelos que por jugar). Gracias, Coco, por todo, es un buen momento para abrirse porque el reemplazante tiene todo el verano para laburar.
Ahora: ¿A quién se le había ocurrido que Simeone podía dirigir a La Selección? Claramente una campaña de representantes y periodistas para instalarlo como candidato. Tarde o temprano el Cholo será el técnico: mejor tarde (me remite al menemismo a la selección de Mascardi que condujeron Passarela y Bielsa, diez años de no poder disfrutar ni del juego ni de los resultados ni de la Copa América). Nadie le resta mérito por lo de Estudiantes, pero ayer en el Superclásico, Boca nos hizo un favor a todos los argentinos: River perdió de local con uno más y quedó en el fondo de la tabla (junto a Central con 8, a 17 de la punta). (El equipo de Simeone tiene los mismos problemas que se le achacaron al Coco). Y Román demostró por qué es tan grande: se puso el equipo al hombro y la pelota bajo el botín.

Russo, con San Lorenzo primero y contundente (8 ganados -6 al hilo-, 1 empate, 1 perdido) más allá del resultadismo, está demostrando que sabe conducir un plantel numeroso y que tiene una idea de juego definida: con altibajos, San Lorenzo juega bien a la pelota (San Matín de Tucumán también). Puede que en el futuro sea un buen candidato para la celeste y blanca.
Pero ¿qué duda cabe de que Batista se ganó el derecho a ser el sucesor de Basile?

Primero: ganó la medalla de oro en Beijing (lo único, además de ser un gran profesional, que pueden decir los partidarios de Bielsa, tan reivindicado después del triunfo contundente de Chile). Pero Batista no carga con una histórica eliminación del mundial en primera ronda.
Segundo: Batista ganó las Olimpíadas con un plantel muy parecido al que viene peleando las eliminatorias, con la renovación generacional que impone el sub-23 (Monzón, Zabaleta, Pareja, Garay, Di María, Romero, etc.), y que muchos reclaman. O sea, conoce a los jugadores; no es empezar de cero.
Tercero: el Checho (campeón del mundo, por malo que fuera) ganó las olimpíadas jugando al fútbol, con huevos y toque, sabiendo a qué jugaba, y con Riquelme y Messi, Gago y Mascherano, juntos.

Que Maradona lo acompañe a todas partes (lo mismo que Bochini, dentro de la cancha todo, pero como técnicos...), Bianchi que vuelva a dirigir y demostrar que es un ganador, Ramón Díaz (gran motivador y ganador) que se dedique a los negocios, y Bilardo que siga como periodista que cada vez le sale mejor.

Ojalá Batista pueda repetir lo que ya demostró.

5 comentarios:

  1. No es el mejor momento para exprimir un comentario objetivo de mi parte o por lo menos que se tome por objetivo.

    Hoy no sé nada.

    Lo que sí sé es que estoy a orillas del Paraná, mojándome las patas, tomando un par de lisos y leyendo el devorador anónimo.

    Lo mejor para olvidar los malos tragos es hacer como que no me importan.

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  2. Román es un llorón mala onda que sólo juega bien en Boca. Se carga el equipo al hombro sólo cuando va ganando y en un club chico. Si sigue siendo el 10 de la selección no vamos a ganar un sorete de nada nunca.
    Y lo de "un favor a todos los argentinos": andá al carajo.

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  3. disculpen, muchachos de River, veo que están susceptibles (Román viene de ganar una medalla dorada con la selección), que la mala racha no los obnubile, sé que les gusta el buen juego

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  4. Román es un genio. El que no se de cuenta, que se joda por ignorante.

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  5. Si es verdad que Román es un genio, por favor, que alguien frote la lámpara a ver si aparece más seguido.

    Y lo de la medalla habría que ver si se ganó gracias a él o a pesar de él.

    No digo que sea malo, sino que juega cuando quiere o cuando se enoja o cuando no está indispuesto.

    hilario.

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